La provincia de Barcelona tendrá más de 2.000 nuevos amarres en dos años
Las plazas para embarcaciones aumentarán un 25% y en 2005 superarán las 11.000
En los próximos dos años la provincia de Barcelona contará con 2.188 nuevos amarres portuarios, que se sumarán a los 8.817 que hay en la actualidad. El incremento, que será cercano al 25%, se produce a causa de la ampliación del puerto de Premià de Mar (Maresme) y la construcción de tres nuevas infraestructuras en Badalona, Sant Adrià de Besòs (Barcelonès) y Cubelles (Garraf). Ahora los puertos de la región metropolitana están llenos y con listas de espera para acoger embarcaciones de esloras comprendidas entre 12 y 18 metros.
El sector náutico barcelonés vive una etapa de expansión. Prueba de ello es que el crecimiento que se producirá no sólo incluye los amarres situados en las dársenas del puerto, sino también las plazas que estarán ubicadas en los varaderos. Éstas constituyen el 20% de la oferta que estará finalizada en el plazo de dos años, y son estacionamientos para los aficionados al mar que sólo usan su nave eventualmente, por lo que también suponen un coste inferior al resto. Marina Badalona, la empresa que explotará el puerto de esta ciudad, ha firmado contratos para el 30% de los amarres que lanzará al mercado, mientras que Marina Premià, que se encargará del Port Fòrum, en un mes ha hallado clientes para el 10% de sus plazas.
Ante este crecimiento, los profesionales convienen en la necesidad de popularizar las actividades náuticas para que los puertos no se conviertan es espacios de uso restringido y privado, así como desarrollar un modelo de turismo azul que pueda actuar como revulsivo a la saturación del veraneo masivo. "Es conveniente que se creen centros cívicos que ofrezcan programas educativos para que los puertos no se alejen demasiado de los ciudadanos. Y a su vez, los ayuntamientos deben implicarse más en la promoción de estas infraestructuras para que no sean sólo de las entidades concesionarias", explica Jordi Sales, presidente del centro de estudios marítimos El Far.
Uno de los retos que tiene planteados la actividad turística asociada a los puertos es la creación de una importante oferta complementaria capaz de hacer más atractivas estos destinos. "Se trata de un turismo activo que busca ocio, deporte y cultura. Aunque es difícil de cuantificar, sabemos que supone un volumen importante de viajeros e ingresos, por lo que debemos llevar a cabo una oferta compleja y rica", consideró Sales.
El mercado y esloras
La demanda de amarres hoy está condicionada por el crecimiento de las esloras de las embarcaciones. En concreto, las que tienen más problemas para encontrar amarre son las de una longitud comprendida entre 12 y 18 metros. Para ello es necesario un aumento de plazas, pero el sector conviene en que será necesario crecer a partir de las infraestructuras actuales y sin dañar el medio natural: "El incremento de amarres es positivo. La posición lógica de los profesionales sería parar este aumento y subir precios, pero ello no frenaría la congestión actual, señala el director del Port Olímpic de Barcelona, Joan Guitart.
Una solución es la creación de más zonas de marina seca donde instalar varaderos. Éstos facilitan que las embarcaciones puedan conservarse mejor al no estar en contacto permanente con el agua; tienen un precio más asequible y permiten la instalación de zonas de reparación y mantenimiento de los barcos. Una sola área técnica implica 300 puestos de trabajo, mientras que la actividad estrictamente portuaria de las 14 instalaciones de la región metropolitana ha generado 500 empleos directos. Sales asegura que estos espacios pueden favorecer "el desarrollo del sector náutico, pero también convertirse en una forma de privatización".
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