Picasso, poeta barroco

"Hurtas mi vulto, y cuanto más le debe / a tu pincel, dos veces peregrino, / de espíritu vivaz el breve lino / en los colores que sediente bebe./ vanas cenizas temo al lino breve, / que émulo del barro le imagino, / a quien, ya etéreo fuese, ay divino, / vida le fió muda esplendro leve". Así comienza el soneto burlesco que Luis de Góngora (1561-1627) dedicó "A un excelente pintor extranjero que le estaba retratando". Más de trescientos años después, en 1948, cuando el poeta cordobés había sido debidamente canonizado por la generación del 27, Pablo Picasso (1881-1973) ilustró con sendas cabezas de mujer y caligrafió de su puño y letra 20 de sus sonetos: el de la dama herida con un alfiler, el dedicado a Córdoba, al Greco o al conde Villamediana...

Esta edición, con una sobrecubierta dibujada por el poeta y pintor Juan Carlos Mestre, recoge esta peculiar muestra del bulímico Picasso ilustrador. Por otro lado, para Góngora pertenece a un archipiélago irrepetible -ese Siglo de Oro español que dura doscientos años- muchas veces más conocido por los mapas (la devoción) que por la visita directa (la lectura). Pues bien, a la imprescindible guía de viajes que son las ya clásicas antologías de José Manuel Blecua -ahora empaquetadas en tapa dura- se suma ahora la selección preparada por Jaime Siles y José María Micó, dos filólogos poetas que, por serlo, leen con tanta pasión como rigor.