Camps exhibe su sintonía con la cúpula de las organizaciones empresariales para cerrar el año

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, cerró ayer la actividad institucional del 2003 escenificando su sintonía con los dirigentes de las cúpulas empresariales de la Comunidad Valenciana. Camps mantuvo ayer un almuerzo privado en el Palau de la Generalitat con los presidentes de Cierval, Rafael Ferrando; del Consejo de Cámaras de Comercio, Arturo Virosque; de Feria Valencia, Alberto Catalá; y de la Autoridad Portuaria de Valencia, Rafael del Moral. Los empresarios pidieron a Camps que les considere como un órgano consultivo de las políticas de la Generalitat.

"Hemos hablado de todo, porque queremos hacer cosas y que el presidente nos diga si vamos bien y que nos tenga como órgano consultivo para darle nuestra opinión", manifestó el presidente del Consejo de Cámaras de Comercio de la Comunidad Valenciana, Arturo Virosque. "Ojalá muchas comunidades autónomas hiciesen lo mismo que el presidente hace con nosotros", sentenció.

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, en un ambiente distendido reconoció su amistad con los dirigentes empresariales y su coincidencia con la opinión de que las cosas "van muy bien económicamente". "Va a ser una era de oro de la prosperidad", dijo Camps, "nos reunimos porque hay que trabajar mucho y asumo la responsabilidad de gestionar los mejores años de nuestra historia y para que la Comunidad Valenciana cumpla todas las expectativas que tiene abiertas". "Todos tenemos que trabajar en la misma dirección", aseguró el responsable del Gobierno valenciano.

Según Camps, el crecimiento en creación de empleo continuará y, con la mayor prosperidad obtenida, se podrán incrementar las políticas sociales. "Tenemos que integrar a todos. La plena integración sólo se puede conseguir en una sociedad próspera", indicó Francisco Camps, que recalcó: "Tenemos las mejores expectativas que nunca hayamos tenido".

El jefe del Consell indicó que en los próximos días su Gobierno presentará un nuevo plan de infraestructuras para los próximos años evaluado en 10.000 millones de euros, que unidos a las inversiones del megapuerto que se construye en Valencia y las inversiones del Estado auguran un futuro espléndido.