Urgencias sin guión

Un cámara corre por la entrada de urgencias del hospital Fernández, uno de los centros asistenciales públicos más concurridos de Buenos Aires. Detrás suyo, una veintena de técnicos y productores vestidos de blanco. Delante, médicos reales que atienden a pacientes también reales que acaban de sufrir un infarto, han tenido una sobredosis de droga, van a parir o fueron golpeados en un atraco. El guión de E24 (Emergencias 24 horas), que refleja la vida misma en una mezcla de documental y reality show, supera la ficción de series como Urgencias (TVE-1) u Hospital Central (Tele 5). El formato de la productora argentina Cuatro Cabezas -la misma que inventó Caiga quien caiga- ha liderado las noches de los lunes en el Canal 13 de Buenos Aires desde que comenzó a emitirse, en septiembre pasado. Ha recibido elogios de la crítica local por su innovación y llegará a la pantalla de Tele 5 en el primer trimestre de 2004, según han confirmado fuentes de la cadena privada.

Un anciano padece un síncope en su piso, llega la ambulancia, se recupera en la sala de urgencias, pero se niega a ser ingresado y se marcha con su bastón en la mano. Unos chavales aparecen heridos tras una pelea a botellazos en un boliche (discoteca). Una madre está a punto de dar a luz y el objetivo captura la primera imagen del niño recién nacido. Alguien fracasa en su intento de suicido. Pequeñas historias de vida y de muerte se suceden en E24, cuyos productores aclaran que nunca graban sin el consentimiento de los pacientes.

La emisión también tiene sus protagonistas estrella: médicos, celadores, enfermeras, conductores de ambulancia... El vicepresidente de la Sociedad Cardiológica Argentina, Jorge Tartaglione, ejerce como reportero-presentador: "Mostramos cómo funciona una guardia de la ciudad de Buenos Aires, que recibe 200 pacientes al día y, sobre todo, el trabajo de esos héroes urbanos que son los médicos".

Confesiones

Tartaglione conversa con los profesionales, que ya se han acostumbrado a las nueve cámaras que los siguen y a la fama, que se traduce en los innumerables correos electrónicos que reciben de los espectadores después de cada emisión. Se confían ante la audiencia. "Nos enseñan a curar, pero no nos enseñan nada relacionado con la muerte", confiesa una médica. Otra se queja de que pidieron pizza y la trajeron con ajo. Al comienzo del programa, una leyenda avisa: "Imágenes no aptas para personas sensibles", aunque Tartaglione precisa: "Excepto el morbo, nada se oculta".

Los efectos de la crisis argentina se dejan sentir en el E24 de Canal 13. La producción del docudrama pintó las paredes, cambió las sillas y los escritorios y mejoró la iluminación del circunstancial plató. El hospital Fernández, en el distinguido barrio de Palermo, es uno de los centros de salud mejor equipados de la ciudad, pero por allí siguen circulando las víctimas del derrumbe argentino, como madres con niños desnutridos, familias de clase media empobrecida o de uno de los barrios de chabolas más conocidos, la cercana Villa 31.

Cuatro Cabezas, la productora de Mario Pergolini y Diego Guebel, ya había probado fortuna junto a Tartaglione en un programa sobre enfermedades, y a partir de esa experiencia surgió la idea de E24. Para ponerla en marcha debieron convencer al secretario de Sanidad porteño, Alfredo Stern, y a todos los trabajadores del hospital. Algo que ya consiguieron los productores de la televisión autonómica andaluza con los responsables del Virgen del Rocío de Sevilla y el Carlos Haya de Málaga para grabar Hospital Sur, la serie documental heredera de Bellvitge Hospital (TV-3) que actualmente emite Canal Sur.