Las dudas de Piqué
El líder del Partido Popular de Cataluña, Josep Piqué, tuvo un rutilante estreno como diputado en el Parlament y Pasqual Maragall incluso le pidió en varias ocasiones que se quede en esta Cámara y descarte presentarse a las legislativas de marzo. Piqué no ocultó su satisfacción, pero todavía sigue sin deshojar por completo la margarita de su futuro.
En las próximas legislativas, Cataluña es una pieza clave para la estrategia del PP en toda España: el Gobierno catalán será el ejemplo que los conservadores van a utilizar para tratar de demostrar la falta de un proyecto nacional de los socialistas. Y a Cataluña fía el PP las posibilidades de mantener la mayoría absoluta porque es la única comunidad en la que el partido se situó en 2000 por debajo del 25% de los votos y, por tanto, tiene campo por correr. Además, el PP aspira a consumar el sorpasso sobre CiU, lo cual, combinado con la salida de los nacionalistas del Gobierno de la Generalitat, le dejaría en muy buenas condiciones para convertirse en líder del centro derecha en Cataluña.
Ante la importancia de las próximas elecciones, Piqué mantiene abierta la posibilidad de encabezar él mismo la candidatura por Barcelona con el argumento de que desde Madrid también se hace política catalana. Incluso ha llegado a considerar la posibilidad de ser candidato y renunciar después a tomar posesión del escaño en favor de continuar en el Parlament. Sin embargo, el dirigente sólo dará el paso si el PP concluye, con las encuestas sobre la mesa, que su concurso resulta imprescindible. Hoy por hoy, su futuro parece mucho más cerca del Parlament que de las Cortes.
En Cataluña, Piqué apuesta por una oposición implacable en el fondo, pero suave en las formas, alejada de la agresividad contra el Gobierno catalán que se percibe en muchos pesos pesados del PP.
