Un puente unirá Torre Baró y Vallbona

El Ayuntamiento de Barcelona comenzará en unas semanas las obras de construcción de un puente de casi 200 metros y dos niveles que unirá los barrios de Torre Baró y Vallbona por encima de la avenida de la Meridiana, según informaron los responsables municipales de Urbanismo a los vecinos en una reunión que mantuvieron el pasado lunes. Se trata del tramo por el que discurren la C-58, la C-33 y la C-17. El puente es una larga reivindicación de los vecinos de Vallbona, 850 personas que viven entre estas autopistas, tres tramos distintos de vías de tren y el río Besòs.

La mala comunicación del barrio, tanto con Torre Baró -donde se encuentra la estación de tren y la parada de Torre Baró-Vallbona del metro ligero- como con el centro de Barcelona, es un problema que se arrastra desde hace décadas. Ahora, para ir o venir de Torre Baró los vecinos deben cruzar dos oscuros túneles y un puente, o bien desplazarse por los arcenes y aceras de las carreteras y cruzar los semáforos que hay en la vía. Si se opta por el autobús como alternativa a estas caminatas, la única línea que llega al centro del barrio pasa sólo cada media hora. Y para entrar o salir en coche deben dar una vuelta considerable.

La noticia, pues, ha sido muy bien recibida. "La distancia que nos separa de Torre Baró sería normal en cualquier otro punto de Barcelona, pero aquí el problema es tener que sortear los obstáculos que representan las autopistas y las vías del tren", explica David González, miembro de la vocalía de urbanismo de la Asociación de Vecinos de Vallbona.

El puente que el Ayuntamiento comenzará a construir en enero ya estaba contemplado en el Pla Congost, un proyecto de hace casi una década que preveía la creación de dos viales en el área que comprende Montcada i Reixac, Torre Baró y Vallbona y Santa Coloma de Gramenet. Los dos puentes previstos son el que unirá Torre Baró con Vallbona, y otro entre este barrio y Santa Coloma. "Pero de este último ni se sabe", advierte la presidenta de la asociación de vecinos, Zaida Palet.

Carril bici y vía de peatones

El puente tendrá un total de 191,8 metros y dos niveles. En el superior, de 15,6 metros de ancho, habrá dos carriles para vehículos, uno en cada sentido, y otros dos de carril bici. El nivel inferior, de 5,2 metros de ancho, es el que se destinará al paso de peatones.

Según lo proyectado en el Pla Congost, debía ser el Gobierno central quien costeara el puente sobre la avenida de la Meridiana, pero lo hará el Ayuntamiento, de resultas de un convenio que firmaron las dos administraciones. Así, la empresa municipal Infraestructuras del Llevant ha adjudicado la obra a la empresa Vías y Construcciones, que la ejecutará en un plazo previsto de 18 meses.

El esperado puente se llamará Pont del Congost del Besòs e implicará también la urbanización de los accesos en sus extremos. En Torre Baró, el vial arrancará a la altura de la calle de Castelldefels, junto a las estaciones del metro ligero y el tren, según la documentación que los responsables municipales de Urbanismo entregaron a los representantes vecinales. En la parte de Vallbona, se apoyará sobre la pequeña colina conocida como L'Horta de la Ponderosa.

El puente llevará la firma del ingeniero Jaime Manterola, quien, siempre según la misma documentación, ideó la obra hace seis años. Para la estructura se utilizará hormigón y acero, y se construirá mediante un sistema modular, de forma que sólo se tenga que cortar la circulación de la Meridiana cuando sea imprescindible. En total, sumando el puente y la adecuación de sus accesos y, a tenor de la información de la que disponen los vecinos -según la cual los accesos suponen el 25% del coste total y están cifrados en un gasto de 4,2 millones de euros-, se estima que la obra podría costar unos 17 millones de euros.

Durante el próximo mes de enero, los representantes vecinales tienen previsto volver a reunirse con los responsables de las obras para conocer más detalles, especialmente sobre los accesos al esperado puente. Pero pese al anuncio de inicio de las obras, seguirán reivindicando mejoras en las comunicaciones. "Estaría bien que condicionaran e iluminaran bien los túneles mientras duran las obras", explica la presidenta de la asociación de vecinos.

Otra de las reivindicaciones del barrio es la creación de una línea de autobús de barrio que actúe como lanzadera entre Vallbona, Torre Baró y Ciutat Meridiana y que tenga parada en los principales equipamientos, que se encuentran en los dos últimos barrios.

Los vecinos lamentan que en el barrio falten tiendas y servicios. No hay ni quiosco, ni supermercado, ni mercado, ni estanco, ni banco o cajero automático, ni instituto, ni ambulatorio, etcétera. "Todo está en el otro lado", repiten los vecinos de Vallbona. En el barrio hay "el colegio de primaria, una panadería, una frutería, una peluquería, una tienda de las de todo a 100, cinco bares, una tienda de coches y el campo del Racing de Vallbona", según el recuento que hacen los vecinos. También hay una residencia para ancianos y un centro de día de la Generalitat. "Pero como estamos aquí, sobran plazas en el centro de día", explica Palet.

Este equipamiento está en la plaza del Tetris. Los vecinos la llaman así por la forma de los bancos, que recuerda a la de las piezas del popular videojuego. Y si la han bautizado es porque, en su día, llegaron los políticos, la inauguraron, y se fueron sin ponerle nombre, según cuentan en el bar de la misma plaza.

En Vallbona están acostumbrados a sortear una carrera de obstáculos para hacer desplazamientos tan sencillos en otros barrios como coger el metro para ir a trabajar o bajar a por el periódico. Las vías del tren, además, dividen a sus 850 vecinos en tres partes: el centro -donde está la plaza del Tetris-, la parte alta -que toca a Montcada- y el hondo -que mira a Santa Coloma-. Sin embargo, presumen de áreas verdes, como el Torrent Tapioles, cuyo entorno quieren recuperar, o los huertos urbanos.