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El presidente de Pakistán sobrevive a un segundo atentado en 11 días

Catorce personas pierden la vida en dos explosiones con coche bomba

Dos grandes explosiones causaron ayer la muerte de al menos 14 personas en la ciudad paquistaní de Rawalpindi, minutos después de que pasara por el lugar la comitiva del presidente, el general Pervez Musharraf.

Los suicidas detonaron dos camionetas cargadas con 60 kilos de explosivos causando daños a numerosos vehículos, incluido el coche blindado del general. Musharraf compareció después en la televisión paquistaní, sin heridas aparentes, asegurando que había sido el objetivo de un atentado. Es el segundo en sólo 11 días.

"Se ha salvado de milagro", reconoció ayer el general Sultan a la cadena de televisión BBC. Uno de los suicidas lanzó su vehículo contra uno de la policía, mientras que el otro hacía explotar el suyo al tiempo. "El convoy presidencial había pasado por el lugar unos treinta segundos antes", dijo un testigo a la televisión local. Los daños materiales causados son grandes, tanto en vidas, vehículos y edificios.

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Hace 11 días, Musharraf sufrió otro atentado con explosivos. En este, los terroristas emplearon un contemporizador que explosionó después de que pasara por un puente el vehículo presidencial. Fallaron por segundos.

La animosidad de los islamistas radicales contra el presidente de Pakistán no son nuevos. Diversos grupos que la CIA vincula al entramado de Al Qaeda intentan vengarse de Musharraf

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por su apoyo a la campaña antiterrorista mundial lanzada por EE UU después del 11-S y por facilitar el paso de aviones norteamericanos sobre su territorio durante la guerra de Afganistán.

El Ejército y la policía paquistaní cuanta por apoyo material y asesoramiento en la lucha contra los islamistas radicales. Algunos de los jefes talibán y de al Qaeda se refugiaron en Pakistán tras el bombardeo estadounidense y se considera que disponen de células operativas. Éstas podrían estar detrás de los atentados.

Soldados paquistaníes vigilan el coche del presidente Musharraf tras el intento de asesinato en Rawalpindi.
Soldados paquistaníes vigilan el coche del presidente Musharraf tras el intento de asesinato en Rawalpindi.REUTERS

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