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Reportaje:

Oslo, Hoja de ruta, Ginebra...

Palestinos e israelíes reflexionan sobre el futuro del conflicto en un seminario de la Fundación Sabino Arana

Al coronel retirado del Ejército israelí Yohanan Tzoreff, la sola presencia de su interlocutor en la mesa de discusión sobre el futuro del conflicto palestino-israelí le envió de un plumazo a una cárcel de Gaza. Corría el año 1992 y los Acuerdos de Paz de Oslo necesitarían aún un año más de cocción para convertirse en una realidad. Entonces salía de prisión un joven e idealista dirigente del movimiento palestino. Sufyan Abuzayda presenta el típico perfil árabe: ojos oscuros enormes, nariz pronunciada, pelo casi negro, tez oliva.

Desde entonces hasta el pasado miércoles, cuando la Fundación Sabino Arana les reunió a ambos de nuevo en Bilbao, bajo la batuta del abogado Txema Montero, en el seminario Las razones de los razonables-¿Tiene solución el conflicto Palestino-Israelí?, muchas cosas han cambiado en sus vidas. Y en las de sus pueblos.

"Tras tres años de Intifada sólo hemos cosechado pérdidas en ambos lados"
"Nuestro gran error ha sido destruir las instituciones de los palestinos"

Un acuerdo como el de Oslo, fue sepultado por el papel producido en los Acuerdos de Taba. El plan Clinton y la Conferencia de Camp David, en el verano de 2000, en los estertores del mandato del ex presidente demócrata extadounidense, fueron papel mojado. Y la visita, en septiembre de ese mismo año, a la explanada de las mezquitas por parte de Ariel Sharon dio paso a la segunda intifada. Un nuevo papel, la Hoja de ruta, un nuevo fracaso. Un nuevo acuerdo en Ginebra, hace pocas semanas, ¿Qué deparará?

Sufyan se ha convertido en el flamante viceministro de Relaciones Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Yohan trabaja ahora como investigador en el Institute for Counter Terrorism en la Universidad Multidisciplinaria, Herzlia. Y ambos dieron muestras en sus intervenciones de haber aprendido mucho de las razones del contrario. "Nuestro gran error ha sido destruir las instituciones de los palestinos. En Gaza y Cisjordania no hay poder, autoridad palestina, ni nada; sólo anarquía", aseguró Yohanan.

"Tres años después del inicio de la segunda Intifada sólo hemos cosechado pérdidas en los dos lados del conflicto. La fuerza no puede resolver los problemas" admitió Sufyan.

Mario Sznajder, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Hebrea de Jerusalem, desgranó con su acento chileno algunas de las claves del estancamiento actual. Tras estudiar la construcción de la opinión pública de ambas sociedades, Sznajder citó el "conflicto estereotipado", la "demonización del enemigo", la "información de dudosa veracidad o descontextualizada" como argumentos que "nos conducen hacia la polarización". Y ¿cómo romper el endiablado círculo vicioso de la violencia, del terrorismo, de los asesinatos selectivos, de la tortura, del muro?. "¿Está en la agenda de los políticos desactivar la violencia como objetivo prioritario?, inquirió Sznajder. Claro que como explicó a la perfección la activista social y profesora de Filosofía del arte Horit Herman, la única ponente mujer de la jornada, la realidad de las alambradas, los check points, el muro,sí que se imponen en la agenda diaria de los palestinos de los territorios ocupados.

La clave para desatascar muchos de los conflictos está más en "hablar más del futuro y menos del pasado, excluyendo la venganza, pero también el olvido. Compensar y reconocer a las víctimas y admitir las responsabilidad de los que inflijieron dolor. Todo desde un proceso de reconciliación no unilateral". Es lo que el profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Tel Aviv Yoav Peled calificó de justicia transicional, cuyos ejemplos históricos más evidentes son las denominadas comisiones de verdad y reconciliación (Suráfrica, Chile, El Salvador, etcétera).

"No se puede ignorar ninguna narrativa y en el conflicto palestino-israelí, ambas puede coexistir", asegura Peled, hijo de un héroe de guerra. Tal vez en esa clave Sufyan se mostró dispuesto, de manera inédita, a "regalar el Estado palestino" y convivir junto a los israelíes "si ellos también lo aceptan. Algo que el "pesimista" y profesor israelí de Geografía Política, Maoz Azaryahu, no veía por ningún lado. Tal vez porque, como admitió, sólo aspira a una "gestión de crisis" más que a la Paz con mayúsculas. Y en una intervención no exenta de rifirrafes con el resto de ponentes, recordó un dato escalofriante: "El 90% de los israelíes tiene miedo a la aniquilación física".

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