Francia y los símbolos religiosos

Es cierto que la religión ha supuesto y supone, en ocasiones, un punto de fricción. Pienso que esto ha ocurrido sobre todo por mezclársela con intereses políticos o económicos. Pero es mucho más verdad que las religiones han llevado y llevan a millones de personas a elevar su corazón a Dios y a esforzarse por respetar la dignidad de los demás. La religión ha sido y sigue siendo para muchísimas personas una de sus señas de identidad más propias. Por esto considero equivocada la ley francesa que no va a permitir, en locales públicos, hacer manifestación de religiosidad en el vestido o en la decoración del inmueble. Esta ley parte de una interpretación negativa y equivocada de la religión. Además, vulnera un derecho fundamental de la persona, que es expresar libremente su fe respetando a los demás. A mi juicio, se trata de una ley estatalmente intolerante y nada democrática.