Religión y Estado
Francia destierra el velo de las islámicas en las escuelas como símbolo religioso: no es verdad, lo quitan por las feministas no islámicas que consideran que es una sumisión de la mujer y por el antiislamismo de la presión hebrea y americana. Pero como es un país friable, aceptará los símbolos "pequeñitos": un crucifiquín, un corazoncito, una estrellita de David. Supongo que, como país cartesiano, tendrá que fijar los tamaños. En una de aquellas repúblicas presencié un complejo debate sobre el "mínimo necesario": lo que las chicas desnudas de los espectáculos debían llevar sobre su cosita. La derecha abogaba por algún milímetro más de lo que proponía la izquierda: la práctica lo suprimió del todo. Pero ya era otra República. "El tamaño importa", dice la publicidad de los alargadores de pene, unida a los de Viagra: recibo una docena al día en mi e-mail, no sé si alguien me ha denunciado o los mandan de oficio a los octogenarios. No soy contrario de una manera general: creo que las edades del sexo deben ampliarse, antes y después, y que la prolongación de la vida ha de completarse con su validez. Pero estos asuntos de Iglesia y Estado, más que de Religión y Estado, van desapareciendo solos. Bush, tan religioso como Aznar aunque de sectas distintas, autoriza la venta libre de la "píldora del día siguiente", la que las muchachas deben tomar al día siguiente de: para que no haya embarazo: por rotura de preservativo, porque a ella se le olvidó guardarlo en el bolsillito. Aquí, todo lo contrario: las clases de Religión de la ministra conversa van a explicar mucho sobre el mal sexo. El nacimiento de nuevos seres, dicen, es obra de Dios "con la colaboración de los padres". También la muerte es de Dios, quiera o no el enfermo: la eutanasia es maldita, porque quita protagonismo al creador celeste, aunque sea una paloma porque la unidad de los miembros de la Iglesia la hace el Espíritu Santo. Pienso que esta resurrección de la Cruzada va a crear más ateos: y oí en la Cope la queja de que entre la juventud interesa más la política que la religión. Y hay que oír lo que piensan de la política. Pero el problema principal de la tertulia era el de si Judas se condenó por entregar a Jesús o por suicidarse después. Se estudiará en la Universidad.
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