Hospital Sur
De agradecidos es elogiar el trabajo realizado por quienes con él aportan a nuestra sociedad el conocimiento y el acercamiento de una profesión y unos casos en los que a diario se refleja la debilidad humana y el día a día de una profesión y unos profesionales que nos debemos, más por vocación que por cualquier otra consideración o interés de tipo material, por entero a ella. En primer lugar, de una parte mi agradecimiento, como trabajadora del hospital Virgen del Rocío, a los pacientes que consintieron, abriendo de par en par su intimidad en la enfermedad, dar a conocer a través de sus particulares casos, la flaqueza del ser humano en la adversidad del padecimiento fuera en las condiciones que fuera, y cómo es posible superarlos en unos, y no por desgracia en otros. En segundo término, al programa en sí que realizó un esfuerzo ímprobo para poder llevar a los hogares andaluces "nuestra cotidianidad", que refleja el esfuerzo de los distintos equipos en los hospitales de cara a paliar el sufrimiento de los enfermos.
Pero con la misma firmeza y convicción que agradezco, critico un hecho que en nada muestra la realidad descrita en parte, en la que se mezcló la carencia o la privación de la salud en los pacientes, con la diversión y el regodeo dentro de las mismas paredes que soportan el dolor, la angustia, el estrés o la pena, como fue la fiesta de despedida de uno de los trabajadores del centro hospitalario, fiesta que se podría haber hecho en cualquier otro sitio fuera del recinto. Mi más enérgica protesta, y mi indignación ante el equívoco que se puede producir mostrando una feria dentro del propio hospital, por mucha despedida que fuera de un veterano que ha entregado, con toda probabilidad, una buena parte de su vida a los demás haciendo su trabajo, un trabajo que en absoluto cuestiono ni valoro por no conocerlo. Pero lo que sí quiero quedar claro con este testimonio en nombre propio -que, además, espero que sea secundado por la inmensa mayoría de mis compañeros de trabajo- es que, en absoluto, se forme la sociedad andaluza una idea equivocada con esta eventual circunstancia lúdica que allí se vio y que no es un hecho rutinario.
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