Un hombre tranquilo que hace los deberes
Joan Saura Laporta (Barcelona, 1950) ejemplifica como nadie una de las características que mejor definen a su partido, que finalmente no es otro que la ultima reencarnación del PSUC. Hace los deberes, es concienzudo y perseverante, y no pierde la calma ni los modales aunque acabe sacando de sus casillas a sus adversarios políticos, como pudo verse en el debate televisado que protagonizaron los cinco candidatos a la presidencia de la Generalitat antes de las elecciones.
Saura se sentaba al lado del candidato del PP, el ex ministro y también ex militante del partido de los comunistas catalanes, Josep Piqué, de quien le separa ahora un abismo ideológico. Era evidente que cada una de las intervenciones del candidato de Iniciativa aumentaba la irritación del popular, quien pronto empezó a interrumpirle saltándose las reglas del debate. Finalmente, Saura, educadamente, sin levantar la voz, le pidió a Piqué que no le interrumpiera más.
-"Es que me pone usted muy nervioso", respondió el candidato del PP.
-"A mí también me pone usted muy nervioso", replicó Saura sin alterarse lo más mínimo, "pero yo le dejo hablar".
Saura es hijo único de un obrero metalúrgico castellonés, militante de la CNT, que perdió la guerra y pasó ocho años entre el campo de concentración, el exilio y la cárcel. Quedó huérfano de madre cuando sólo tenía ocho años y creció en el barrio de La Florida de L'Hospitalet, uno de aquellos enjambres populares en los que se acomodaba como podía, en pisos reducidos, la inmigración que llegaba a la Barcelona fabril en los años de plomo del franquismo.
No es de extrañar que aquel niño buscara una vía de salida y que la encontrara en el fútbol. Tenía talento. Llegó a jugar en los infantiles del Barça y en 1965 ganó, en el viejo campo de Les Corts, la final del campeonato de Cataluña. A los 15 años se puso a trabajar en la eléctrica Fecsa, y a los 16 empezó a meterse en política a través de asociaciones de barrio. El fútbol le exigía cada vez más tiempo, más dedicación. Por eso, a los 18 optó por dejarlo. Al poco, militaba en las clandestinas Comisiones Obreras y de ahí saltó al PSUC, al que se afilió en 1973. Tuvo tiempo de hacer lo que entonces se llamaba un peritaje y sacarse el título de ingeniero químico industrial.
Saura representa también la esencia interclasista del viejo PSUC, en el que convivían los líderes de los sindicatos clandestinos con los hijos rebeldes de la más rancia burguesía barcelonesa. No debió ser fácil, pero hace poco más de dos años, Saura, el hijo del obrero anarquista, sustituyó al frente de ICV a Rafael Ribó, todo un prócer barcelonés, cuyo padre fue el secretario de Francesc Cambó, el político catalán que fue ministro de Hacienda y líder de La Lliga en los años veinte y treinta.
Joan Saura tiene un hijo de su primer matrimonio y su actual compañera es Imma Mayol, tercera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona y cabeza de lista de ICV-EUiA en las últimas elecciones municipales.
Saura arrancó la carrera política que le ha llevado al Gobierno de la Generalitat en su barrio de L'Hospitalet. En las primeras elecciones municipales, en 1979, fue elegido concejal por el PSUC y durante una legislatura fue teniente de alcalde. Fue reelegido en 1983, pese a la debacle de los comunistas catalanes tras la traumática escisión, lo que le apartó del equipo de gobierno. En 1987 conservó su plaza de concejal, pero al año siguiente ya formó parte de las listas de su partido en las elecciones autonómicas e ingresó en el Parlament, siendo reelegido hasta 1995.
En 1996 fue elegido diputado en el Congreso, puesto que refrendó cuatro años más tarde. Durante la década de los noventa, como vicepresidente, fue el artífice de la reconversión del viejo PSUC en una formación de nuevo cuño, Iniciativa per Catalunya que, sin renunciar a la herencia heroica de la vieja organización comunista que había sido el motor de la lucha antifranquista, ha construido un nuevo espacio ecosocialista. Un espacio que en las pasadas elecciones se ha demostrado plenamente consolidado.
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