Talentos desconocidos

Una imagen de varias cruces negras sobre las piedras blancas de un cementerio, que firmaría Sebastiao Salgado; un niño que mira a un mimo y no ha sido retratado por Richard Avedon, o la fotografía de un grupo de amigos que pasaría por una de las obras cumbre de Robert Mapplethorpe. Son algunas de las 42 imágenes ganadoras del Maratón Fotográfico de Caja Madrid que acaba de echar el cierre y que cuelgan ya de las paredes de la Casa Encendida (Ronda de Valencia, 2). Atrás quedan 11 meses de concurso por Internet, aluvión de trabajos y debate intenso de los miembros del jurado para seleccionar la mejor foto, de las más de 4.000 enviadas.

Casi 1.600 participantes han estado pendientes del teléfono o el correo electrónico con la esperanza de ser elegidos, no por los 250 euros de galardón, sino por la satisfacción de mostrar su obra dentro y fuera del ciberespacio. Cada semana los organizadores del maratón exigían un tema, que si la Navidad, que si oficios en extinción, paisajes nocturnos, arte en la calle o la mismísima lluvia. "Los aspirantes han respondido de maravilla, tal y como pensábamos", aclara la directora del área cultural y educativa de la Obra Social de Caja Madrid, Carmen Estrada. "Unas veces hemos seleccionado seis obras y en otras ocasiones llegábamos hasta la decena, por la gran calidad de todas las presentadas", puntualiza.

Un matrimonio ha conseguido dos premios: ella, con 'No se mueve, mamá', y él, con 'El mar'

"Los temas de carácter social han recibido menos acogida que los de carácter general"

Pero, aunque la respuesta de los concursantes ha sido clamorosa, los organizadores del Maratón Fotográfico han detectado reticencias con algunos temas propuestos: "Los de carácter social han recibido menos acogida que los de carácter general", aclara. Así, el epígrafe Desde mi ventana dio lugar al envío de más de 250 instantáneas, mientras que Sin barreras tuvo menos acogida. "La gente tiene menos fotos de minusválidos en casa, y además le apetece menos sacar cuestiones que no sean de carácter lúdico festivo", justifica Estrada. "Por el contrario, Ciudades del mundo y Naturaleza muerta consiguieron una participación enorme, quizá porque los concursantes tenían más a mano las fotos de sus vacaciones", añade: "Y los temas relacionados con la intimidad de cada uno como, por ejemplo, el de Mi mejor foto o el relacionado con las bodas, también fueron menos representados".

Los participantes del maratón han confeccionado, sin proponérselo, un enorme mosaico de historias, lugares y personajes que se expone en las paredes de la Casa Encendida hasta el próximo 5 de enero. Pero, además de este rincón privilegiado, reservado sólo a los 42 trabajos ganadores, la página web de Obra Social (www.obrasocialcajamadrid.es) muestra más de 250 instantáneas procedentes de cada selección semanal. Hasta la fecha, esa sala virtual de exposiciones ha recibido la visita de 51.000 internautas que han elegido on line su fotografía favorita: se llama Ascensión, pertenece al tema Cementerios y su autor es un ingeniero de Telecomunicaciones, Óscar Latorre-Bosch, que ya se había presentado, sin éxito, a la convocatoria de Ciudades del mundo. "Me enteré del concurso a través de un amigo y envíe una foto de Copenhague cuando tocaba Ciudades del mundo, pero iba de tanteo, sabía que no iba a ganar", comenta este joven de 32 años.

Pero 13 semanas después de aquel intento fallido, el rostro de Óscar se iluminó tras revelar la foto del cementerio de Casabermeja (Málaga). "Me dio la corazonada de que esta vez sí que ganaría; no dudé en enviarla", rememora. La imagen en blanco y negro de varias cruces negras sobre blancas piedras evoca otras del portugués Sebastião Salgado, uno de los ídolos de Latorre-Bosch. "Me habían dicho que el cementerio de Casabermeja es muy bonito y en Semana Santa pasé por delante cuando iba camino de Málaga. Paramos a descansar y saqué al menos 30 fotografías", cuenta el ingeniero, orgulloso de que su imagen haya sido la más votada por los internautas. "Más que los 250 euros, me hace muchísima ilusión que mi obra se exponga", se emociona.

Entre los ganadores también hay un matrimonio que se ha repartido dos premios: ella ganó con No se mueve, mamá y su marido consiguió el primer galardón gracias a El mar. Ambos regentan una tienda de fotografía y Fernando ya era un asiduo del maratón. "Me presenté todas las semanas que pude y, cuando surgió el epígrafe Arte en la

calle, animé a Esther a enviar una foto de nuestro hijo delante de un mimo", dice Fernando, de 44 años. Decisión certera, porque la imagen ganó. "Después de aquello me piqué y seguí presentándome a tope hasta que al final conseguí el primer premio con El mar", presume.