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Francia prevé reducir su déficit público dos puntos del PIB en cinco años

Con un crecimiento medio del 2,5%, el saldo fiscal se acercará al 1,5% en 2007

Francia no quiere que sigan considerándola como la alumna díscola de Europa. Ayer, el Ministerio de Economía y Finanzas desveló sus previsiones macroeconómicas, más optimistas que las de la OCDE. Según Bercy -la sede del ministerio-, el déficit público francés representará un 3,6% del producto interior bruto (PIB) en 2004, un 2,9% en 2005, un 2,2% en 2006 y un 1,5% en 2007, previsiones hechas con una hipótesis de crecimiento medio del 2,5% anual.

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El pasado 25 de noviembre Francia y Alemania consiguieron del resto de los ministros de finanzas de la Unión Europea una derogación de la cláusula del Pacto de Estabilidad que limita el déficit de los socios europeos a un máximo del 3% del PIB, so pena de sanciones. Francis Mer, el ministro francés del ramo, sostuvo que su país necesitaba de esa laxitud respecto al Pacto para poder reactivar el crecimiento económico de su país. En su favor pesó el que las sanciones que hubiera debido imponer la UE sólo habrían servido para acentuar el déficit y la crisis de Francia y Alemania.

En sus previsiones para los próximos dos años, hechas públicas el pasado 26 de noviembre, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) era menos optimista y consideraba que el déficit francés para 2005 aún sería de un 3,5%.

Según el Ministerio de Economía de Francia, la estrategia gala se basará en "el control del gasto público, para así poder proseguir con la política de reducción de las retenciones obligatorias". Se trata de una figura retórica destinada a dar satisfacción al electorado chiraquiano, seducido por la promesa de reducción de la presión fiscal hecha en su día por el actual presidente francés.

En realidad, Economía admite que "la fiscalidad será concebida con criterios distintos, integrando alzas y bajas", es decir, se admite la imposibilidad de proseguir con la baja del IRPF, aunque ésta se camuflará a través de la "supresión de ciertos privilegios fiscales" -derecho a descontar ciertos gastos, a no tener que justificar algunos de ellos- y del alza continuada de la fiscalidad local. "Es un alza que vota cada año el Parlamento", admitió ayer el ministerio francés.

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