Calvinistas, protestantes y luteranos holandeses deciden fusionarse en un solo culto

Después de 42 años de negociaciones, los sínodos de las iglesias protestante, calvinista y evangélica-luterana holandesa han acordado reunirse en torno a una sola denominación: la Iglesia Protestante de los Países Bajos. La fusión será efectiva el próximo 1 de mayo de 2004 y da por terminado un largo periodo de reflexión y discusiones animadas por el movimiento interno Juntos por el Camino, encabezado, hace cuatro décadas, por una veintena de pastores partidarios de la unión ahora lograda.

Si bien ha sido sancionada con votos suficientes por las tres ramas protestantes, la fusión suma un buen número de detractores. Los grupos más liberales, y también los más ortodoxos, de las iglesias temen perder su identidad o bien verse forzados a aceptar postulados contrarios a lo que consideran su credo más esencial. Entre los luteranos contrarios al acuerdo, la queja más común se refiere a su posible merma de influencia. La Iglesia evangélica-luterana suma hoy unos 14.000 fieles, frente a los casi dos millones y medio de las otras dos juntas. Los pastores protestantes que se opusieron a la fusión ven como única salida ignorar la nueva Iglesia Protestante de los Países Bajos y seguir predicando por su cuenta.

Para evitar un cisma, término que prefieren no utilizar de momento, las iglesias decidieron crear una comisión destinada exclusivamente a limar diferencias. Y sobre todo a evitar que haya deserciones.

Antes de la votación final, el sínodo de la rama protestante recibió una nota firmada por 13.000 personas donde se advertía de las divisiones "en las familias, escuelas dominicales o clubes para la lectura de la Biblia" que el acuerdo provocaría. Uno de los extremos más delicados derivados de la fusión afecta a los bienes. La iglesia calvinista ha gozado siempre de mayor independencia y seguirá gestionando sus posesiones.