"La especulación presiona contra el patrimonio"

"Ningún referente de nuestro entorno cultural tiene un valor patrimonial inmanente que lo haga por sí mismo ser sentido y valorado como tal bien a proteger". Esto sostiene el cordobés Juan Agudo, profesor de Antropología Social de la Universidad de Sevilla, quien ha participado en San Sebastián en el segundo Congreso Internacional sobre Patrimonio Cultural organizado por la UPV.

Pregunta. ¿Qué puede considerarse patrimonio cultural?

Respuesta. Es aquella selección que hacemos de nuestro entorno cultural que creemos significativo. Puede ser desde una gran iglesia hasta una tradición oral. Los criterios de selección dependen de los discursos que haya detrás de ese patrimonio, que pueden ser étnicos, comerciales, historiográficos... Y ése es a veces el problema.

P. ¿Varían esos discursos?

R. Hace cuarenta años, por ejemplo, a nadie se le hubiera ocurrido pensar que el mundo rural era patrimonio. La gente huía del campo, y hoy los pueblos se han convertido en sitios tranquilos, apacibles, auténticos. ¿Por qué antes no eran patrimonio y ahora sí? Porque han cambiado los discursos, entre otras cosas por la propia crisis del modelo urbano.

P. ¿Y por el provecho económico?

R. Parte del patrimonio está tremendamente sometido a una negativa presión especulativa, hasta el punto de que no interesa lo que es el patrimonio, sino lo que se puede sacar de él.

P. ¿Cómo se puede rentabilizar el patrimonio sin caer en la especulación?

R. No hay una regla. Pero tal vez hay que empezar por concienciar a la propia colectividad de lo que tiene. No existe un gen que nos haga sentir lo que es patrimonio. Es todo un proceso educativo. Lo mismo que se nos ha enseñado a apreciar los grandes estilos artísticos, se nos debe enseñar a apreciar una plaza, una música, un habla... Y luego integremos el turismo, por qué no.

P. ¿Qué papel deben jugar las instituciones públicas en ese sentido?

R. Cambiar un poco su chip, porque buena parte de la agresión al patrimonio viene de las instituciones públicas, muchas veces de las de ámbito local, con esa obsesión de mercantilizarlo.

P. ¿Cómo encaja su visión del patrimonio en este mundo globalizado?

R. Para mí hablar de patrimonio es hablar de derechos colectivos. Es un tipo de bienes que pertenece a la colectividad.