"Ronaldo no es sólo velocidad"
El deportivista Andrade confiesa sufrir "errores tácticos", pero matiza que los compensa con su rapidez
A Jorge Andrade lo hizo futbolista su padre, un caboverdiano que emigró a Portugal persiguiendo el sueño imposible de ser jugador profesional. Y a Andrade lo hicieron defensa sus "cualidades físicas", como él dice. "Llegué a jugar en otras posiciones, pero acabaron poniéndome de central", relata el internacional lusitano, nacido en Amadora, un suburbio de Lisboa, hace 25 años. De entre todas, su virtud atlética más sobresaliente es una rapidez muy poco habitual en alguien que juega en su posición. Por eso mismo, y porque su arranque de temporada con el Deportivo ha sido sensacional, hoy concitará en el Bernabéu, ante el Madrid, buena parte de las esperanzas blanquiazules de sofocar los huracanes desatados por Ronaldo.
Andrade, un hombre tímido y reservado, que aún no se atreve a hablar en castellano en público, rehuye cualquier protagonismo ante su duelo con Ronaldo: "De esa labor debe encargarse todo el equipo. Yo tengo rapidez. Pero Ronaldo no es sólo velocidad. Es también inteligencia y calidad. Son muchos detalles. Además, a él le corresponde finalizar las jugadas, pero en el ataque del Madrid hay muchos futbolistas con grandes cualidades de pase".
La pasión por el fútbol de su padre, que se quedó en Portugal para toda la vida tras casarse con otra emigrante caboverdiana que conoció allí, también contagió a uno sus hermanos, defensa como él mismo y enrolado en el Salgueiros, de la Segunda División lusa. Él empezó en el equipo de su ciudad, el Estrela Amadora. De allí se fue al Oporto, al que se lo compró hace dos temporadas el Deportivo. La rotura de un dedo del pie le impidió brillar en su primer curso en España. "La lesión fue al empezar la temporada y me condicionó todo el curso", explica; "pero me vino muy bien para ambientarme al club y a la ciudad. Este año todo ha cambiado. Y cada vez comprendo mejor el juego del conjunto".
Andrade no salió canijo como su padre y es el primero en reconocer que sus condiciones físicas resultaron decisivas para elevarse como futbolista: "La velocidad me sirve para compensar algunos errores tácticos que cometo. Me salva muchas veces. Aún soy joven y estoy aprendiendo". Su rapidez no sólo ha mejorado la seguridad defensiva del Deportivo, sino que ha permitido a su técnico, Javier Irureta, agrupar más al equipo, alejando del área a la primera línea. "Un sistema arriesgado", admite el portugués; "a veces cometemos errores y nos han causado disgustos".
El peor, el innombrable 8-3 de Mónaco. "Pero, si queremos tener la pelota, es más fácil cuando jugamos más juntos", matiza Andrade, quien tampoco ve razones para cambiar hoy pese a la presencia intimidante de Ronaldo y todos los demás. "Debemos ser nosotros mismos", recalca; "tener el balón y llevar la iniciativa. Estamos en el campeonato de la regularidad. Este partido no va a decidir nada y no debemos cambiar porque enfrente esté el Madrid. Ahora bien, ya veremos luego cómo salen las cosas".
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