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La obra poética y la pictórica de Albert Ràfols-Casamada conviven en Tecla Sala

"Existe el espacio de la escritura, el espacio escrito, es decir, el espacio pintado, el espacio que sugiere el poema. Y aún el espacio vivido o recordado o evocado. Todos estos espacios confluyen en un tiempo único, se integran en una sola unidad: la pintura, el poema". En este texto, Albert Ràfols-Casamada parece no distinguir entre pintura y poema, y de hecho, aunque ayer volvía a insistir en que estas dos facetas de su creatividad desarrollan una vida autónoma e independiente, es evidente que tienen un tronco común que no es otro que él mismo. La exposición Los espacios del color. Pintura 1980-2003, que hoy se inaugura en el centro cultural Tecla Sala de L'Hospitalet de Llobregat (avenida de Josep Tarradellas, 44), pretende relacionar estas dos facetas, la pictórica y la poética, en Ràfols-Casamada.

La exposición surge del interés del municipio por celebrar el 80º aniversario del artista, que este año ha tenido una apretada agenda de inauguraciones y actividades. Montserrat Nomen se ha encargado de la selección de las 41 pinturas y los 7 dibujos realizados entre 1980 y 2003 que se exhiben en la exposición, procedentes de colecciones particulares y, en su mayoría, de los fondos de la galería Joan Prats de Barcelona. Con todo, debidp a los grandes formatos que se exhiben, en muchos casos estas obras no se habían podido ver antes en Cataluña y se presentan ahora por primera vez en el amplio espacio de Tecla Sala.

Acompañando y puntuando las pinturas, que se exhiben en un orden cronológico inverso, el poeta Alfonso Alegre Hetizmann ha hecho una selección de poemas y aforismos procedentes de los dietarios de Ràfols-Casamada que abarcan el mismo arco cronológico que las pinturas y ayudan a profundizar en el universo creativo del poeta y artista, que afirmó que está acabando de ordenar su último libro de poemas pese a que su principal preocupación en estos momentos es la pintura. "Cada uno de los dos comisarios ha escogido las obras por separado, pero estamos siempre en contacto para tener el mismo objetivo de sugerir relaciones y paralelismos al espectador", comenta Alfonso Alegre.

Montserrat Nomen, por su parte, destaca el interés por centrarse en el último periodo del artista, iniciado con el cambio importante que dio su pintura a principios de los ochenta, porque éste fue el aspecto menos desarrollado en la antológica celebrada en 2001 en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona. Sobre sus últimas obras, el artista indicó que cada vez intenta "decorar más las pinturas, hacer que las obras sean más directas para que lleguen de forma fácil a los espectadores".

La exposición permite reconocer una ligera evolución entre las obras de los años ochenta y las que realiza actualmente, aunque, como indica Nomen, aparecen muchos elementos similares que en sus últimas obras han adquirido una mayor capacidad de síntesis. La de Ràfols-Casamada es una obra no figurativa que, sin embargo, siempre está apoyada en sensaciones o visiones de la realidad y que tiene al color -los azulones, ocres y pasteles que le caracterizan- como principal protagonista. "El color habla cuando la materia calla", indica el artista en uno de sus aforismos. La exposición, abierta hasta el 22 de febrero, incluye siete dibujos realizados expresamente por el artista con este motivo.

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