Doce artistas homenajean a Jaime Burguillos en una muestra conjunta
Carmen Laffón reprende a Sevilla por ser "ingrata" con el pintor
"Para mí la pintura ha sido siempre hablar conmigo mismo, entenderme, estar solo pero acompañado", decía Jaime Burguillos (Sevilla, 1930-2003). Así, solo pero acompañado, está el artista en la exposición homenaje que ha organizado en Sevilla la Fundación El Monte. Carmen Laffón, Antonio López, Teresa Duclós e Ignacio Tovar son algunos de los 12 amigos-pintores que, con sus obras, le acompañaron otra vez en la soledad de la creación.
Homenaje a Jaime Burguillos se inauguró el pasado martes en el Centro Cultural El Monte y estará abierta hasta el 9 de enero, día en el que se conmemora un año de la muerte del pintor sevillano.
Los comisarios de la exposición, el galerista Rafael Ortiz y el artista José Soto, han seleccionado obras que ilustran las tres etapas artísticas de la trayectoria de Burguillos. Además, han incluido 24 pinturas de una docena de artistas que fueron sus amigos íntimos.
"Este homenaje es algo de justicia. Sevilla fue bastante ingrata y no supo reconocer el gran pintor que tenía en Jaime Burguillos. El que ahora podamos ver aquí estos cuadros me produce una gran satisfacción", afirma Carmen Laffón, una de las artistas que participa también en la muestra. Junto a los lienzos de Laffón cuelgan el de otros de sus amigos como Teresa Duclós, Joaquín Meana, José Luis Mauri, Diego Ruiz Cortés, Ignacio Tovar, Patricio Cabrera y Dorothea von Elbe. Casi todos estaban el martes en la inauguración. De su etapa de Madrid se muestran obras de Antonio López, Julio López Hernández, Lucio Muñoz y Amalia Avia.
"En 1964 Burguillos se instala en Madrid y comienza a trabajar con la galerista Juana Mordó. Ella se quedó fascinada con su trabajo, que aún guardaba referencias figurativas, y le organizó una muestra individual en 1969, cuando ya era plenamente un pintor abstracto. A partir de ahí, se instala en un ritmo repetitivo y monótono, en el buen sentido, tenía una facilidad asombrosa para conseguir luminosidad y mostrar la calma y la plenitud de la luz solar", explicó Juan Manuel Bonet, director del Centro Reina Sofia de Madrid.
"Hemos hecho un montaje sencillo y austero, como era él. Partimos de la primera obra figurativa, que es entrañable y desconocida por el público; para enganchar después con su etapa abstracta y terminar con sus últimas pinturas en las que tiene un lenguaje muy personal con una claridad rotunda", explica José Soto.
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