Luis Manuel Ruiz y el Pumarejo

Algunos, como Luis Manuel Ruiz (véase su columna Malas calles del día 20 de noviembre), parece que quieren pasar a la posteridad a costa del Pumarejo y sus vecinos. Según parece, el señor Ruiz está muy bien informado por un amigo que vive en las cercanías. Se ve que nos conoce a fondo: sabe que nos molestan los heroinómanos y drogadictos -especialmente su aspecto- y que hemos "saltado a la calle para desinfectarla a bastonazos". Él sabe de muy buena fuente -su amigo el de las cercanías- que "los indigentes no constituyen peligro efectivo para ningún ciudadano" y que si algún peligro real existe son "las bandas que cada noche patrullan el perímetro del barrio armados de mazas y linternas, alumbradas por el deseo de legar a sus hijos un porvenir más limpio y acendrado". Ya por su cuenta, sin la ayuda del amigo de las cercanías, intuye que pronto iremos a por los travestidos, los zurdos,...

¡Cuánto sabe el señor Ruiz! Qué lástima que el amigo de las cercanías no informara al agudo columnista de que la última pelea con sangre fue el pasado día 18 a las ocho y media de la tarde. Qué lástima que el amigo de las cercanías no haya informado a este insigne periodista de que la única patrulla que anda por aquí por las noches es la de la limpieza, que bien les podrá dar detalle a él y a su amigo, el cercano, del estado en que cada día queda la plaza. Qué lástima que el amigo de las cercanías no haya informado a este penetrante observador del estado en que se encuentran las murallas-dormitorio que cercan el barrio (ya podían habilitar también los Alcázares). Y qué lástima que su amigo el de las cercanías no le haya hecho saber que lo único que queremos los vecinos es poder estar o pasar por la plaza tranquilamente. Los que vivimos aquí tenemos asumida hace ya mucho tiempo la cuota asistencial que nos corresponde, pero eso sí, nos gustaría, al menos, tener, además de la protección que debe asistir a todos los ciudadanos, la seguridad de que todos los distritos, sin excepción, colaboran en la misma proporción, es decir, que los centros asistenciales de todo tipo están solidariamente repartidos.

Usted, mientras tanto, siga informándose por su amigo el de las cercanías y no olvide comunicarnos si le dan algún premio por su original y bienintencionado acercamiento a los problemas del barrio ajeno. Duerma tranquilo pensando lo bueno que es usted y lo malos que somos los vecinos del Pumarejo. Igual le cae el Mariano de Cavia.