El puente acaba con 76 muertos en las carreteras, 13 más que en 2002

El puente de la Constitución acabó con un balance atroz: 76 personas murieron en las carreteras españolas en los 55 accidentes mortales que se registraron entre las tres de la tarde del viernes 5 y las doce de la noche del domingo 8 de diciembre. En el mismo puente de 2002 se contabilizaron 63 fallecidos, un 20% menos que este año. Además, es muy probable que la cifra de muertos aumente: en los siniestros quedaron gravemente heridas 35 personas. Andalucía, con 18 víctimas mortales, y el País Vasco, con 14, fueron las comunidades más afectadas.

El número de víctimas se vuelve especialmente significativo si se tiene en cuenta que la operación de la Dirección General de Tráfico para el puente de la Constitución de 2002 duró un día más que este año al declararse festivo el 9 de diciembre en Andalucía, Aragón, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Extremadura, Murcia, Ceuta y Melilla. Además, la cifra de muertos de 2003 a sólo 24 horas de los siniestros (76 fallecidos), supera a la de 2002 transcurridos 30 días de los accidentes (71 muertos). Sólo una comunidad autónoma, Cantabria, escapó a los accidentes mortales durante el puente.

La mayoría de los 55 accidentes mortales consistió en salidas de la calzada (22) y colisiones (21). Además, la DGT contabiliza siete atropellos a peatones y dos vuelcos de vehículos. El 62% de los accidentes tuvieron como escenario carreteras sin desdoblar, es decir, con un solo carril para cada sentido de la marcha.

Sin embargo, el siniestro más grave sucedió en una autopista. Alrededor de la una de la madrugada del sábado, en la A-68, a la altura de Zuia (Álava), seis vehículos se vieron implicados en una colisión múltiple. Cuatro mujeres turolenses de entre 22 y 26 años que iban a pasar el fin de semana a Bilbao fallecieron carbonizadas en el Opel Tigra en el que viajaban. Además, cinco minutos más tarde, una persona que se había apeado de su vehículo para auxiliar a las víctimas del accidente murió atropellada por otro turismo.

Inmediatamente después de conocerse la cifra de muertos, el PSOE defendía en el pleno del Congreso una proposición no de ley en la que se instaba al Gobierno a que adoptase medidas para aumentar la seguridad vial y proteger el derecho a la vida en el tráfico. Victorino Mayoral defendió en la tribuna una propuesta de 14 puntos, entre los que destacaba la elaboración de un plan estratégico integral, la creación de una Agencia Nacional de Seguridad Vial, incrementar el dinero para la conservación de carreteras, reforzar la educación vial generalizándola en la enseñanza obligatoria, y aumentar durante tres años consecutivos el número de agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil hasta un total de 3.000 plazas.

La propuesta, en principio, sonaba muy razonable, pero la realidad parlamentaria fue muy distinta. Sólo IU y el Grupo Mixto la apoyaron.

Además de Ana María Torme, quien por el PP descalificó el intento socialista, Mayoral tuvo que escuchar reproches de Jordi Jané (CiU), Luis Mardones (CC) y Margarita Uria (PNV). La diputada nacionalista vasca fue la más explícita a la hora de anunciar, lo mismo que los dos anteriores, su abstención. Argumentó, en coincidencia con ellos, que en el Congreso se constituyó hace un año una subcomisión sobre seguridad vial que concluirá sus trabajos la semana que viene. Por eso, Uria advirtió que la "iniciativa unilateral" del PSOE colocaba a los socialistas en una "curiosa situación".

Tanto el PP como CiU presentaron enmiendas a la proposición socialista en las que se instaba al Gobierno a impulsar las conclusiones de esa subcomisión parlamentaria. El PSOE no las admitió y su proposición fue derrotada por 159 votos en contra (PP), 103 a favor (PSOE, IU y Grupo Mixto) y 19 abstenciones (CiU, PNV y CC).