Pemex lanza bonos canjeables por el 4,8% de Repsol YPF y se embolsa 1.122 millones

La petrolera estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) logró ayer colocar en tres horas bonos canjeables por acciones de Repsol YPF y se embolsó 1.122 millones de euros, 264,6 millones más que en el caso de que hubiese vendido los títulos. La emisión, que comprende el 4,8% de capital (58,7 millones de títulos) que Pemex tiene en Repsol YPF, se hizo por el valor medio de la acción al cierre de ayer (14,62 euros) más un prima del 31%. Los bonos dan una rentabilidad del 4,5% anual y se pueden canjear en cualquier momento hasta 2011, aunque Pemex puede cambiarlos por acciones o pagarlos en efectivo.

Pemex necesitaba abordar de forma urgente proyectos de exploración y producción para obtener nuevas reservas y no tiene liquidez para hacerlo. A pesar de que la petrolera solicitó al Gobierno y a la oposición que eliminasen las restricciones que desde hace 60 años limitan la inversión extranjera en el sector del petróleo y el gas, aún no lo ha conseguido. Sin otra salida, Pemex tuvo que echar mano de sus acciones en Repsol YPF para obtener financiación y la jugada de ayer le salió muy bien.

La petrolera mexicana lanzó una emisión que afectó a los 58.679.800 acciones que tiene en Repsol YPF (el 4,8% de la petrolera) y que representa un importe de 1.370 millones de dólares (1.122 millones de euros). En la operación, Pemex sólo cede los derechos económicos y se reserva los derechos políticos de la participación (mantiene un puesto en el consejo de la petrolera), por lo que de momento, no supone la salida de Pemex del accionariado de Repsol YPF.

Rápida colocación

Los bonos, emitidos por la filial de Pemex en Luxemburgo, Repcon Lux, se colocaron ayer en apenas tres horas, con una prima del 31%, es decir, valorando la acción a 19,13 euros (23,41 dólares). Este precio se calculó sobre el valor medio de ayer, que fue de 14,62 euros (17,87 dólares). Pemex obtuvo así una ganancia latente de 264,4 millones de euros (322,6 millones de dólares) más de los que hubiese logrado si hubiera vendido su participación en el mercado. La Comisión del Mercado de Valores suspendió la cotización de Repsol YPF durante poco más de media hora tras conocer las intenciones de Pemex. Las acciones de Repsol YPF cerraron a 14,57 euros, con una caída del 0,61%.

Para los tenedores, los bonos devengarán un interés anual de 4,5% que se pagará semestralmente. Los bonos podrán canjearse en cualquier momento, una vez transcurridos 40 días desde la emisión y hasta el octavo día hábil anterior a su fecha de vencimiento (enero de 2001). A estos efectos, la acción se valora a 19,13 euros, por lo que al inversor no le convendrá efectuar el canje hasta que la cotización en Bolsa de la acción de Repsol YPF no supere este valor. Pemex, por su parte, podrá optar entre dar acciones de Repsol YPF al inversor o pagarle los bonos en efectivo.

Retroceso de la compañía

México es el cuarto mayor productor de crudo del mundo y Pemex es sin duda una de las grandes petroleras. No obstante, el deterioro de la compañía ha llegado a niveles alarmantes. La deuda de la compañía crece sin freno y el saqueo de sus bienes parece imparable. Hace poco más de un año, el ex director de la petrolera, Rogelio Montemayor, fue detenido por los desvíos millonarios de fondos de la empresa a la campaña electoral del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 2000. A mediados de este año, la Cámara de Diputados mexicana detectó anomalías administrativas y pérdidas por más de 16.000 millones de dólares en la contabilidad de Pemex durante el ejercicio 2001. Las investigaciones aún no han concluido.

Añadido a esto, los resultados económicos de la empresa están muy por debajo de su potencial. En los tres primeros trimestres de 2003, la empresa ingresó 41.133 millones de dólares, de los que entregó al Estado mexicano un 60,8%. Su resultado hasta septiembre del presente ejercicio arrojó unas pérdidas de 739 millones de dólares. Pemex ha informado, además, de que las reservas probadas del país tan sólo alcanzan para 12 años al ritmo actual de producción, frente a los 70 años en Venezuela.