Calidad de enseñanza y evaluación
Antes de que a alguien le dé por decir que esta carta representa los valores del PP, quiero aclarar que hay aspectos de la Ley de Calidad que no me gustan nada (empezando por la forma en que ha sido impuesta) y que me produce escalofríos el talante crecientemente totalitario del Gobierno del PP, que criminaliza por igual a presuntos terroristas, partidos políticos, comunidades autónomas y ciudadanos en general.
Que no me guste la política educativa del PP no quiere decir que me guste la del PSOE, si es que la tiene, porque hasta ahora sólo se ha limitado a ir a la contra de los planteamientos del PP y ahora, en Andalucía, trata de escamotear la aplicación de una Ley Orgánica en vigor. Me refiero a las recién aparecidas Instrucciones sobre Evaluación y Promoción en ESO.
Éstas instrucciones deberán ser aplicadas sobre aquellos alumnos que no hayan superado los objetivos en la tradicional evaluación ordinaria de junio y, tras un breve periodo de espera, no más de dos días, obra el milagro: se pueden realizar sumas sin sumandos, se puede votar sin decidir y ¡lo más importante, señores! se puede conseguir el título sin tener ni idea.
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