"Sabes que nunca dejarás de estudiar"

Noelia Fernández (Aspe, 1978) terminó la carrera de Medicina en la Universidad Miguel Hernández en 2002, logró superar el MIR y comenzó sus tres años de residencia en el Centro de Salud de Novelda en junio. Ahora "soy un R1 del Hospital General de Elda (Vinalopó Mitjà), vamos residente de primer año", explica. Esta estudiante alicantina compagina su primer año de práctica en el Hospital con el doctorado en Salud Pública en la Universisad Miguel Hernández de Sant Joan.

Noelia no comenzó la carrera por vocación, como el resto de compañeros. "Hay gente que desde pequeña le ha gustado ayudar, pero no fue mi caso". Noelia comenzó Medicina como segunda opción, ante la imposibilidad de lograr entrar en Fisioterapia. "Pero en tercero, que llegué a plantearme dejar la carrera, fue cuando me enamoré de ella", confiesa. Esta estudiante asegura que

"es duro comenzar a estudiar en primero y pensar que no vas a dejar de estudiar nunca".

Por eso sorprende que curse el doctorado, aunque se reconoce encantada con la materia y el departamente de Salud Pública. "Cuando terminas la carrera quieres seguir formándote, ya no por currículum porque ya he hecho el MIR. Realmente, es que me gusta este doctorado que está enfocado a la investigación", y además teniendo en cuenta su especialidad.

La distancia le permite efectuar el análisis de su pasado como estudiante. "Me equivoqué pensando que necesitaba mucha memoria; si no ¿cómo te vas a acordar de todas las enfermedades, diagnósticos, tratamientos...? Pero luego te das cuenta de que lo importante es tener una base, relacionar y saber adónde ir a buscar lo que necesitas". Si volviera a la universidad "me plantearía, en vez de hacer la carrera en seis años e ir tan aturullada

, ir más a clase", afirma sin dudarlo.

Como estudiante, Noelia se concentró en estudiar para aprobar las asignaturas. Después, una vez licenciada, estudió mucho para superar la prueba MIR. "Eso no tiene más secreto que estudiar entre 10 y 12 horas diarias, de lunes a domingo y sin diferenciar entre festivos", recomienda.

Ahora, con la distancia, también se da cuenta de la diferencia entre estudiar medicina y ejercerla:"nunca piensas que te vas a sentar delante de un paciente y te van a pasar un examen cada cinco minutos". A esto se le suma la falta de horas y de conocimientos prácticos, que no se incluyen dentro del currículum académico de la Facultad de Medicina. "Hay cosas consideradas de materia de enfermería que no sabemos, como tomar la tensión, extraer sangre o poner un termómetro. Piensas que, total como están las enfermeras... Pero luego en la realidad, en un servicio de urgencias tienes que hacer de todo", confiensa.

Para Noelia lo más difícil es afrontar las limitaciones del sistema sanitario. "En los centros de salud lo que falta es tiempo. Porque sólo tienes tres minutos por paciente, y eso es base de todo: así la gente no se queda satisfecha de la atención y tú tampoco. También se derivan más cosas a especialistas que no tienen por qué ir allí. Pasa lo mismo en Urgencias, porque muchas cosas, tratadas y analizadas con tiempo, podrían ser atendidas en un centro de salud. Pero la gente está cansada de las listas de espera, y saben que de Urgencias salen con su placa y sus análisis".