"El tráfico ha mejorado con la apertura de la M-45"

"Hoy va muy bien el tráfico", comenta Francisco Fernández mientras conduce su vehículo por la carretera de Valencia para llegar a Madrid. Cada mañana realiza el mismo trayecto de 25 kilómetros desde su vivienda de Arganda, en el barrio de la Poveda, hasta Madrid. En 30 minutos se planta en la puerta de la asesoría fiscal, laboral y contable donde trabaja. "Pero el tráfico es una lotería, y en otras ocasiones te encuentras con atascos, aunque es verdad que el tráfico ha mejorado mucho con la apertura de la M-45".

Fernando vive en Arganda desde hace 20 años. Aquí han nacido y se han criado sus dos hijos, de 15 y 11 años. "He sufrido múltiples atascos, aunque ahora lo peor son las obras. No paran, siempre están haciendo algo. Además, el asfalto está lleno de baches y no hay iluminación". Como ejemplo, señala las vallas que jalonan la salida que utiliza para salir de Arganda a la carretera. Pero le gusta vivir en esta zona. "Estoy muy contento, y mis hijos más. Son de aquí, van al colegio de al lado y tienen a sus amigos a dos pasos".

Se monta en su coche a las 7.55. La situación de su vivienda le permite alcanzar la carretera de Valencia en unos 10 minutos. Desde ahí a Madrid, de un tirón. "Es increíble cómo está hoy la carretera". El tráfico es abundante, pero se circula sin problemas. Por la vía circulan camiones. "Hay muchos, van y vienen de Valdemingómez y de las industrias que hay por aquí. Así está la carretera de machacada".

Francisco sigue adelante sin encontrar tapones. Se desvía por la M-30. "Usar el transporte público es imposible con mi trabajo. No paro y no puedo depender de metros y autobuses". Cuando tiene una cita de trabajo importante, sale antes. "Si está lloviendo o ha habido un accidente, entrar a Madrid puede tardar".

A las 8.15 se forma un pequeño tapón sobre el puente de la M-30, que desaparece en unos minutos. Coge la salida de Embajadores y enfila a su oficina. Llega en cinco minutos.