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Giscard apoya la nueva fórmula para que España acepte la Constitución europea

El presidente de la Convención convoca una reunión extraordinaria para abordar la cuestión

Carlos Yárnoz

El francés Valéry Giscard d'Estaing, presidente de la Convención que redactó el proyecto de Constitución para Europa, se reunirá hoy en Bruselas con 72 parlamentarios de la Eurocámara y los parlamentos nacionales que participaron en ese foro para alertar a los Gobiernos de que no pueden defraudar a la Unión con rebajas al proyecto o con un fracaso. Los reunidos aprobarán una declaración en la que incluyen una vía que dé más poder a España en la UE para superar el rechazo español al proyecto. Es la vía que el Parlamento Europeo aprobó ayer en pleno por abrumadora mayoría.

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La vía que aporta una salida para España contó con 346 votos a favor, 106 en contra (euroescépticos, miembros de países pequeños y británicos) y 58 abstenciones. El texto señala que el Parlamento apoya sin reservas el sistema de la doble mayoría para tomar decisiones en el Consejo de la UE, de forma que los acuerdos sean válidos cuando estén apoyados por una mayoría de Estados (más del 50%) que representen al menos al 60% de la población.

Dado que España, como Polonia, sostiene que esa fórmula le resta poder respecto al vigente Tratado de Niza, la Eurocámara "encuentra un margen de compromiso en cuanto a las cifras propuestas", siempre que "se respete el principio de la doble mayoría" y que el techo o umbral esté "por debajo del fijado en Niza", que oscila, según los cálculos con una UE de 25 o 27 Estados, entre el 72,27% y el 73,9% del total de votos en el Consejo. Se abre así la puerta a que el umbral de población pase del 60% al 66%, una tesis que el Gobierno español ha manejado como la posible para no perder poder con respecto a Niza.

Giscard y los 72 integrantes de la Convención (del total de 105) incluirán esa salida para España en la declaración tras una sesión en la Eurocámara. Es la primera vez que se reúnen desde que en julio concluyeron el proyecto constitucional, y lo hacen a una semana de la cumbre europea prevista para cerrar un acuerdo en Bruselas.

Resulta más significativa esa inclusión porque el borrador sólo apostaba por la fórmula 50/60. El punto primero dirá ahora: "La fórmula sobre la mayoría cualificada propuesta por la Convención es más clara y simple que la del Tratado de Niza y facilita las decisiones en una Unión ampliada. Sin embargo, existe un margen de ajuste del 50/60 que facilite un compromiso eventual si respeta el principio de la doble mayoría y rebaja el umbral establecido en Niza". Entre las enmiendas ya figuraba una en esa línea del eurodiputado socialista Carlos Carnero, quien reclamó que se recogiera el acuerdo de la Eurocámara pactado antes entre socialistas y populares españoles y que se compense a España con más escaños (en Niza perdió 14).

En el documento se expresa "el temor a las consecuencias políticas que en Europa y en el exterior tendrá un fracaso" de la Conferencia Intergubernamental que ahora negocia la Constitución y muestra su "preocupación" por los intentos de rebajar logros de la Convención, como la desaparición del derecho al veto en temas fiscales o la pretensión de los ministros de Finanzas de que la Eurocámara no tenga la última palabra al aprobar los presupuestos de la UE. "Los ciudadanos de Europa esperan que sus Gobiernos asuman su responsabilidad para construir un futuro más seguro y democrático", concluye la declaración.

Extrañamente, el voto de los eurodiputados del PP español estuvo dividido al plantearse ayer la salida para España, pese a que uno de los firmantes de la resolución, avalada por los líderes de los grupos, era el popular Iñigo Méndez de Vigo, miembro del Presidium de la Convención. Trece de ellos se abstuvieron, incluido su líder, Gerardo Galeote, y siete votaron a favor. Galeote explicó que fue un error y que cinco votantes a favor rectificaron luego por escrito y se decantaron por la abstención.

Sólo Méndez de Vigo y José María Gil Robles mantuvieron su voto afirmativo. Todo un síntoma del desconcierto que vive el PP a la espera de que Aznar acepte o no una alternativa que le presente la presidencia de la UE, Italia. Entretanto, Galeote interpretó la mano tendida por la Eurocámara como un abandono de las tesis del proyecto constitucional. "La Convención, en cuanto al reparto de poder, ha muerto", dijo. "Los que defienden su fórmula se han quedado en estricta minoría". Para Galeote, la solución más probable será que se apruebe la Constitución y se deje aparcado para el futuro el nuevo reparto de poder, algo que rechaza la Eurocámara y la mayoría de países de la Unión.

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi (izquierda), el francés Jean-Pierre Raffarin (centro) y el español José María Aznar, ayer en París.
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi (izquierda), el francés Jean-Pierre Raffarin (centro) y el español José María Aznar, ayer en París.EFE

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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