Legañas y codazos en el Corredor
Cuesta mucho, no ya sentarse, sino procurarse un espacio vital en el tren del Corredor del Henares en plena hora punta. En un sentido o en otro, trabajadores o estudiantes, el lleno absoluto está garantizado. No en vano, más de 200.000 pasajeros, -61.000 en hora punta- hacen a diario el trayecto entre la estación de Alcalá Universidad y la de Chamartín.
Joaquín Chamorro trabaja en un polígono industrial de Coslada y el pasado lunes llegaba más tarde de lo habitual a su puesto: "Normalmente trato de madrugar mucho para no tener que ir en un tren hasta los topes. Hoy me he quedado dormido... y mira qué pasa. Te clavan los codos hasta en el higadillo".
Con la aparición de los trenes rápidos Civis como refuerzo del servicio regular de Cercanías se ha logrado desahogar en parte la saturación de usuarios en el Corredor. Y ello pese a que ya son tres (C-1, C-2 y C-7) las líneas que cubren el recorrido, cuya frecuencia en hora punta es de un tren cada cinco minutos. Chamorro se quita las legañas y sentencia: "Por lo menos voy más rápido que con el coche...".
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