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Vecinos y ecologistas paralizan la carretera Cabanes-Oropesa

María Fabra

Más de una treintena de personas se reunieron ayer cerca del parque natural del Desert de Les Palmes, por donde discurrirá el trazado de la carretera Cabanes-Oropesa, donde realizaron un acto de protesta por las obras que está ejecutando la Consejería de Infraestructuras. El proyecto fue paralizado, en un tramo de seis kilómetros, por una resolución judicial que, en octubre de 2002, optó por archivar la denuncia interpuesta por el Grupo para el Estudio y Conservación de los Espacios Naturales (Gecen) por un presunto delito ecológico. El juez consideró entonces que el delito no había sido cometido pero advirtió de que "la ejecución del trazado proyectado (...) conllevará el elemento típico del grave riesgo perjudicial para el medio ambiente". El juez valoró entonces la riqueza ambiental de la zona y el posible impacto en una especie cavernícola, conocida como la "gamba de Miravet", que habita en cuevas ubicadas junto al trazado.

Después de más de un año, y pese a que la Administración autonómica no ha modificado el trazado, Infraestructuras decidió reiniciar las obras y ayer, cuando las máquinas ya han avanzado más de un kilómetro en los seis paralizados, vecinos y conservacionistas se encadenaron a la máquina y paralizaron la obra. Gecen, Esquerra Unida y los vecinos han exigido la inmediata paralización de los trabajos para evitar un "daño irreversible".

Por su parte, el consejero de Territorio, Rafael Blasco, aseguró ayer que la Generalitat "está actuando conforme a ley y conforme a lo que tenía previsto" y argumentó que en el departamento de Medio Ambiente "no consta que se haya invadido ningún área del parque natural". Blasco añadió que "la Administración autonómica es la primera interesada en que cualquiera de sus actuaciones esté dentro del marco de la ley y no exceda en lo que son sus propias competencias".

Vecinos y ecologistas, ayer, en el momento de parar las máquinas junto al Desert de les Palmes.
Vecinos y ecologistas, ayer, en el momento de parar las máquinas junto al Desert de les Palmes.ÀNGEL SÁNCHEZ
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