Dos perfiles distintos

Laura Formentín y Pau Rey son dos de los perfiles de la beca Leonardo. Ambos tienen 25 años. Ella se dirigió a la Fundación ADEIT de la Universitat de València, donde estudió, para pedir prácticas en el extranjero al licenciarse en ADE. Él, todavía estudiante, gestionó a través de este organismo el convenio con la empresa Analog Devices, con la que había contactado a través de la Facultad de Física, donde cursó Ingeniería Electrónica para realizar el proyecto fin de carrera. "La experiencia fue maravillosa porque hay pocas empresas que trabajen con el diseño de circuitos electrónicos de este tipo", recuerda de su estancia en Limerick (Irlanda) donde le ofrecieron incorporarse, oferta que rechazó "porque quería probar en España". A los seis meses de volver firmó un contrato de año y medio de duración en el departamento de Electrónica de su facultad. "A mí me ha costado encontrar trabajo porque las empresas no se conforman con las prácticas en el extranjero, demandan al menos dos años de experiencia", dice quien también es ingeniero de Telecomunicación con sólido dominio del inglés acreditado con esta beca y un intercambio previo en la Universidad de Texas.

Laura Formentín regresó hace dos meses de Perpiñán (Francia), donde estuvo en una empresa encargada de implantar compañías españolas en Francia. También le ofrecieron quedarse, pero renunció porque "quería trabajar en otro ámbito". De las actividades planificadas por la empresa, explica que durante el primer mes la tuvieron de "becaria" y apuesta que "hubiera seguido así, de no haber fallado una trabajadora" por lo que pasó a ocupar su puesto. Con la beca y lo que le pagaba la empresa (300 euros) "ahorró" gracias a "que el gobierno francés subvenciona el 90% del alquileres de la viviendas de los estudiantes y trabajadores con las rentas más bajas". Con una infancia que le llevó a EE UU, Bélgica y otros países no tuvo problemas con el idioma que perfeccionó. Ambos repetirían como la gran mayoría.

El estudio efectuado por ADEIT pone de relieve que el 85% de los encuestados aconseja la beca, frente a un 6% que la desaconsejaría. Por lo que respecta a las competencias aportadas por la beca, los encuestados valoran en este orden: la mejora en su nivel de idiomas, en su capacidad de toma de decisiones y de independencia.