_
_
_
_
_
Reportaje:

El mercado chileno hace agua

Agbar, Canal-Sacyr e Inima quedan al margen de la concesión de dos empresas de gestión

Las españolas Aguas de Barcelona (Agbar), el consorcio Canal-Sacyr e Inima-Servicios Europeos de Medioambiente han quedado al margen de la concesión de dos empresas chilenas de gestión de agua. Esto supone un retroceso en la lucha que estas compañías mantienen por el control de este servicio en el país suramericano y configura un nuevo escenario en un mercado de cuatro millones de clientes y con unos beneficios anuales de 17 millones de euros.

Con las últimas concesiones ha cambiado el escenario en el sector del agua, ya que los consorcios chilenos han tomado el control de la zona norte
Más información
Agbar ultima un contrato de 30 millones con la ITV alemana

Cuando la semana pasada se conocieron las ofertas para la concesión, por 30 años, de las cuatro empresas de agua chilenas que aún están en poder del Estado, se confirmó que Agbar -el mayor inversionista extranjero en el sector- desistió de presentarse a causa de los problemas con la regulación chilena, que Canal-Sacyr lo hizo sin arriesgarse con precios poco competitivos y que Inima se conformó con ser una de las once preseleccionadas, sin poder asumir ofertas potentes. En resumen, las tres españolas quedaron al margen de las licitaciones estratégicas para controlar el agua de la zona norte chilena.

El paquete ofertado incluía la Empresa de Servicios Sanitarios de Tarapacá (Essat), la Empresa de Servicios Sanitarios de Antofagasta (Essan), la Empresa de Servicios Sanitarios de Atacama (Emssat) y la Empresa de Servicios Sanitarios de Coquimbo (Essco). Todas ellas abastecen a la gran minería del cobre y sus regiones aledañas, donde el agua es escasa y se paga a buen precio. Las cuatro empresas registran el 16,5% del total del negocio del mercado del agua chilena, con 2,7 millones de euros anuales y un 12% de los clientes.

Finalmente sólo Essam y Essco fueron adjudicadas por 270 millones de dólares. Essam fue adjudicada al Grupo Luksic -cuyo patriarca Andrónico posee una de las mayores fortunas de Chile- por 186 millones de dólares, una oferta "intimidatoria" que no contó con competidores. Quedaron en el camino, Anglian Water, Vivendi, y Canal-Sacyr (consorcio formado por Canal de Isabel II y Sacyr). Por su parte, Essco fue adjudicada al Consorcio Financiero, del empresario chileno Juan Hurtado, por 85,6 millones de dólares. Por ella también había presentado una oferta Canal-Sacyr.

Sin dueño quedan Essat y Emssat, ya que no se llegó al precio mínimo estipulado por el Sistema de Empresas Públicas (SEP), organismo estatal que decide las adjudicaciones en Chile. En el caso de Essat, existió sólo una propuesta de Canal-Sacyr, por 16 millones de dólares, la mitad de lo solicitado. El Gobierno chileno espera recaudar 130 millones de dólares por estas dos empresas cuando se abra nuevamente el proceso en este próximo mes de diciembre.

Tras estas concesiones cambia el escenario de los dueños del agua en Chile, ya que consorcios chilenos toman el control de la zona norte, dejando al margen a las empresas españolas y postergando así su escalada por ganar posiciones. Un mercado donde Agbar, la empresa presidida por Ricardo Fornesa, es ama y señora al controlar el 40% de los clientes en la zona centro de Chile a través de Aguas Andinas (junto a la francesa Suez) y donde Canal-Sacyr pretendía sentar sus bases para comenzar a competir.

Es precisamente esta posición de control de Agbar la principal causante de que la compañía catalana no se haya presentado a las licitaciones. La legislación chilena impide concentraciones de propiedad en sectores de monopolio natural como lo es el agua. Así, ninguna operadora puede controlar más del 50% de un segmento de estas empresas ni más de la mitad de los clientes a nivel nacional. En este escenario, Agbar posee los suficientes clientes como para no poder adquirir las principales empresas ofertadas, Essan y Essco, las únicas en que estaban interesados.

Puerta abierta

Canal-Sacyr, por su parte, pujó casi en todas las concesiones, pero no realizó ofertas importantes. Los analistas interpretan esta estrategia como una forma de dejar la puerta abierta para futuras concesiones que, en el caso de Sacyr, también abarcan las carreteras. Para Inima, la situación no está cerrada, ya que la compañía del grupo OHL, estaba interesada solamente en Essat y Essan, dado que gestiona las plantas desaladoras de estas empresas y podría lograr importantes ahorros de costes por las sinergias que se generarían. Según estas hipótesis, volverá a pujar en diciembre.

Iberdrola es la otra compañía española presente en este mercado, con un 3,9% de los clientes. Otras empresas extranjeras presentes son Anglian Water, con un 12% de los clientes, y Thames Water, con un 5%. El negocio del agua en Chile concentra cuatro millones de personas y tiene unos beneficios anuales de 17 millones de euros.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_