"El periodismo combate cualquier tentación autobiográfica"
Al comienzo de las últimas vacaciones veraniegas, Miguel Fernández (Granada, 1962) empezó a escribir su primera novela. Se había apostado con una amiga sacar adelante un reto como Yestergay y logró hacerlo realidad en tan solo tres meses. Cuando se reincorporó a su trabajo en la radio -dirige y presenta un programa nocturno en Canal Sur Radio-, recibió una llamada: le habían concedido el Premio Odisea de Literatura. Miguel Fernández publicó en 1999 un libro sobre gastronomía, ¡Buen provecho!, y en 2000 una compilación de relatos titulada Trátame bien.
Pregunta. ¿ Cómo ha resultado la experiencia de su primera novela?
Respuesta. Ha sido como un sueño gigantesco. Patricio Población, el protagonista del libro, se cruzó en mi vida y ha venido conmigo todas las vacaciones. Cuando terminé el manuscrito y me olvidé de todo me llamaron para anunciarme lo del premio. Ha sido muy rápido y me parece que aún estoy soñando.
P. ¿Ha leído el libro una vez publicado?
R. No, ni quiero. Esta novela ya no me pertenece. Es de los lectores, de los que han hecho que en apenas tres semanas esté ya esté a punto de salir la tercera edición y que haya una editorial francesa interesada en los derechos. Lo que se quedó por hacer, lo que se podría haber escrito de otra manera, pertenece al pasado.
P. ¿Se puede definir el género de este libro?
R. No porque no hay uno sólo. Es una novela que aúna distintos géneros, distintos paisajes, escenarios y tipos de personajes. La novela es un equívoco continuo que, en definitiva, pretende retratar ese equívoco gigantesco que es la vida.
P. ¿Por qué ha elegido un antihéroe como protagonista?
R. El libro también pretende desterrar arquetipos. Vivimos en un mundo en el que todo tiene que ser lo que parece. Pero ¿Y si un señor que pesa 135 kilos, que es calvo, tiene más de 50 años, al que la vida le ha robado la posibilidad de ser un triunfador, pudiera convertirse en el protagonista de una historia? El lector tendrá que decidir si Patricio Población es un triunfador o es, como todos, un gran perdedor.
P. ¿Los escritores necesitan tener experiencias para escribir de ellas o cuentan lo que querrían vivir?
R. Yo he llegado a la literatura desde el periodismo y esto combate y corrige cualquier tentación autobiográfica. Por eso sé que para escribir no hace falta haber vivido.
P. ¿Le gustaría vivir algunas de las experiencias de sus personajes?
R. De estos personajes se puede decir de todo menos que son envidiables. Sus vidas son anodinas y grises aunque tengan su pequeña gota de dulzura, de ilusión y de esperanza. No me hubiese gustado vivir las historias que se cuentan en Yestergay, pero sí me encantaría tener un amigo como Patricio Poblaciones.
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