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El consejo de Cepsa aprueba por unanimidad unas inversiones de 4.000 millones hasta 2008

El Banco Santander y el grupo francés Total se disputan el control de la petrolera española

Fernando Gualdoni

El Consejo de Administración de la Compañía Española de Petróleos (Cepsa) enterró ayer, por un tiempo, el hacha de guerra y aprobó por unanimidad el plan de inversiones 2004-2008. La empresa, participada por el grupo francés TotalFina y el banco español Santander, tiene previsto destinar 4.000 millones de euros durante ese periodo a reforzar su expansión y su actividad. Fue el primer consejo que celebraba la petrolera tras el laudo arbitral que congela los derechos políticos del Santander sobre su participación hasta que haga el veredicto definitivo.

El arbitraje, realizado en Bruselas y que ahora tiene que ratificar la Corte Suprema de Arbitraje de La Haya, supuso un duro traspié para el Banco Santander, que no podrá ejercer ningún derecho hasta que ésta se pronuncie. Al contrario, fue un triunfo para Total, que había apelado a los acuerdos entre las dos partes de gestionar la sociedad conjuntamente tras la oferta pública de adquisición (OPA) lanzada por el banco sobre el 16% de Cepsa.

En pocas palabras, el árbitro obligó a las empresas a convivir lo más amistosamente posible hasta que se resuelva el fondo de la disputa, que tomará como mínimo unos nueve meses. El tribunal impide al SCH vender su participación a un tercero en Cepsa, pero también impide que Total, aprovechando la coyuntura, tome el control de la petrolera española. El tribunal arbitral advirtió al Santander y a Total para que se abstengan de toda acción que pueda modificar las reglas de mayoría cualificada existentes en sus pactos y el reparto de los mandatos en el consejo de la petrolera y en las comisiones de la sociedad instrumental Somaen Dos y Cepsa. De la misma forma, advierte a Total de que la solicitud de las medidas cautelares no puede tener por objeto directo o indirecto la toma de control de Cepsa.

La OPA fue la que abrió la caja de los truenos. Total acusó al SCH de violar los acuerdos parasociales y el banco se defendió diciendo que la nueva Ley de Transparencia española había invalidado esos pactos. Para resolver la disputa Total llevó el caso al Instituto de Arbitraje de La Haya, medida que estaba prevista en los acuerdos entre ambas empresas.

La OPA acabó el lunes pasado y un día después se comunicó a la Comisión Nacional del Mercados de Valores el resultado del laudo provisional. En el arbitraje Total gana el pulso y en la OPA el banco sólo logra el 12,13% del 16% que pretendía.Con este resultado el Santander aumenta su participación en el capital de Cepsa al 32,05%, del que el 19,92% está depositado en Somaen Dos.

Esta sociedad posee además el 8,31% de Total y el 5% de Unión Fenosa. Es decir, el 33,23%, cuyos derechos políticos controla en su totalidad el Santander. Es decir, el banco que preside Emilio Botín controla, sin tenerlo todo, el 45,36% del capital de Cepsa.

El grupo francés posee el 45,28%, pero los derechos políticos se reducen al 36,97% por el acuerdo en Somaen Dos. En cualquier caso, la alianza con International Petroleum Investment Company (IPIC) de Abu Dabi, que controla el 9,54%, le permite superar al Santander alcanzando el 46,51%. Otro 8,03% repartido en Bolsa.

Rentabilidad

El enfrentamiento quedó aparcado ayer. "A ninguna de las partes les conviene que a Cepsa le vaya mal. La petrolera es rentable y sus perspectivas son muy buenas para el futuro. Por tanto, hasta que Total y el SCH no resuelvan su conflicto querrán al menos que la petrolera española, con un 25% del mercado, les garantice unas jugosas ganancias", explica una fuente del sector. Cepsa obtuvo un beneficio neto de 515,4 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 55% más que en el mismo periodo de 2002, y además logró reducir su deuda en 380 millones, hasta situarla en 1.000.

Muchos agentes estimaron que la OPA que lanzó el SCH a 28 euros la acción (tres euros por encima de lo que valía en el momento de hacer la oferta) fue una jugada del banco para forzar a la petrolera Total a hacer una contraoferta por un precio superior. Entre finales de 2002 y 2003 el banco había intentado llegar a un acuerdo con Total para que le comprase su participación en Cepsa. Sin embargo, la empresa francesa, muy cómodamente instalada, dio largas al SCH. Por ello, los intermediarios interpretaron que Botín había decidido hacerlo por las bravas.

El martes pasado, tras conocerse el resultado del laudo, el Grupo Santander entendió que "las medidas cautelares adoptadas suponían un grave perjuicio para los accionistas de Cepsa, en particular para los minoritarios, y para el propio banco", e impedía que se produjera una "OPA de terceros".

El laudo ha recubierto a Cepsa con un blindaje impenetrable y Total ha ganado un tiempo muy valioso para decidir qué hacer sin tener que preocuparse de que otro gigante como ChevronTexaco, Eni o ExxonMobil pueda entrar en Cepsa por la puerta trasera. Es más, en el año que queda para la resolución del laudo, si la situación se vuelve insostenible, Total puede dar vuelta a la tortilla y negociar una buena compra con el SCH de su parte y así tener el control de Cepsa. Porque aun cuando se disolviese la sociedad Somaen Dos y el SCH y Unión Fenosa pudiesen vender sus partes de Cepsa, ésta sumaría el 37,27%, lo que también dejaría a un posible comprador a merced de Total.

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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