De La Latina a los Andes
Antes de levantarse el telón, hace un par de años, el patio de butacas del Teatro de la Zarzuela bullía como el de aquellos desaparecidos cines de barrio en los que se congregaba un público de toda edad y condición, decidido a divertirse y sabedor de que lo efervescente no quita lo respetuoso. Un público que ha sido prácticamente barrido de los teatros. Se había corrido la voz: hay que ver Los sobrinos del capitán Grant, en el montaje de Paco Mir (el manillar de Tricicle), como un año antes había que ir a la loca Corte de faraón puesta en escena por Alfredo Arias, y dos más atrás a aquel imparable Barberillo de Lavapiés al que Calixto Bieito daba en el último minuto una sorpresiva vuelta de tuerca a golpe de escenario giratorio. Había que ir sin tardanza, porque en los teatros nacionales las obras se retiran de cartel pasado un mes, tengan éxito o no. Y rara vez se reponen. Dos años después, esta producción de Los sobrinos del capitán Grant se convierte en la excepción a la regla. Con música de Manuel Fernández Caballero y libreto de Manuel Ramos Carrión, este "gran cosmorama" (así lo denominó la crítica decimonónica) reproduce los escenarios de la novela cuasi homónima de Julio Verne, pone en zapatillas de andar por casa a sus aristocráticos protagonistas y parodia sus andanzas. Por ejemplo, el tiburón dentro del cual aparece la botella con el confuso mensaje de socorro del capitán Grant, en la zarzuela se transforma en un besugo donde, canta el protagonista, "en su tripa metido / ¡sorpresa grata! / me encontré este canuto / de hojadelata".
Estrenado en 1877, Los sobrinos... es el segundo de los musicales españoles inspirados en una novela de Verne. Dos años antes, Barbieri había compuesto La vuelta al mundo, obra que inaugura un subgénero: la zarzuela de viajes o de gran espectáculo. Emilio Arrieta se basó después en Miguel Strogoff para escribir la música de La guerra santa, cuya ambición operística dista mucho del ánimo desmitificador y paródico de Fernández Caballero y de Ramos Carrión. El propio Verne, que fue secretario del Teatro Lírico de París y libretista de óperas bufas antes de embarcarse de lleno en la narrativa, redactó sendas adaptaciones teatrales de Los hijos del capitán Grant y de Miguel Strogoff... un año después de que se estrenaran las versiones musicales españolas. Aunque el libreto de Los sobrinos... es ingenioso a ratos y la música abarca una paleta de colores amplia (mazurca, habanera, pasacalles chileno, baile de la Zamacueca...
), la clave del éxito centenario de esta zarzuela estriba en el desarrollo de sus enormes posibilidades escénicas. La acción comienza en un patio de corrala del barrio madrileño de La Latina, prosigue en la cubierta de un buque, en lo alto de los Andes, en La Pampa, en un volcán en erupción, en una estación de ferrocarril, en un templo maorí, en el fondo del mar...
Los magníficos bocetos escenográficos de Bussato, que se conservan en el Museo Nacional del Teatro, en Almagro, dan idea de lo mucho que debió impresionar al público decimonónico la producción original. La actual es más estilizada, y juega sobre todo la baza humorística: Millán Salcedo, ex Martes y 13, está sembrado en el papel de Mochila (militar retirado que embarca a sus vecinos en busca de un quimérico tesoro), que antaño interpretara Joaquín Portillo, Top, primera pareja artística de Tip.
Paco Mir, autor también de la adaptación, ha limado lo que el agua, el aire y el paso del tiempo habían corroído, y le ha dado a esta zarzuela una dimensión visual muy de hoy. Su trabajo es respetuoso, incluso cuando a la partitura incorpora la evocadora canción popular maorí Nga iwi e, que en los noventa interpretaran a capella las hoy desperdigadas chicas de Stupendams. Viene a cuento y suma. Jon Berrondo, el escenógrafo, resuelve con ingenio y ligereza escenas tan difíciles como la del terremoto en los Andes y la del paseo subacuático del subteniente Mochila (ésta con una plástica que evoca la de Comediants). Salvo el caso de Fernando Conde y el de María Rey-Joly, que ceden su lugar a Pepín Tre y a Anna Argemí, la producción actual mantiene el núcleo duro del reparto de hace dos años: Milagros Martín, Xavi Mira, Richard Collins-Moore y Carmen Gaviria. Su director musical es Miguel Roa.
Los sobrinos del capitán Grant. Madrid. Teatro de la Zarzuela. Del 11 de diciembre al 11 de enero.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.