Amigos de la ROSS

La Asociación de Amigos de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (AAROSS) ha mantenido un prudente silencio ante los últimos acontecimientos que se han desarrollado en el seno de nuestra orquesta, no obstante es momento de exponer nuestro punto de vista.

La AAROSS nació con el propósito de consolidar la presencia de la orquesta en Sevilla, así como, en un principio, ayudar a los profesores llegados de allende nuestras fronteras a facilitar su integración en nuestra sociedad. No es, por tanto, una asociación que pretenda fiscalizar o inmiscuirse en las actuaciones administrativas de la misma.

Respetando la categoría del maestro Lombard, más que demostrada en lo musical, expresamos nuestra inquietud ante su frágil salud. La cantidad de anomalías asociadas a su presencia al frente de la orquesta rebasan, por excesivas, las circunstancias normales en las que todo ser humano se ve implicado a lo largo de su vida. Su última "espantada" colmó el vaso, casi rebosante, de la paciencia de muchos. Es momento para que el maestro Lombard abandone una empresa en la que cada día está menos implicado. Su esperpéntica reunión con la Junta y el Ayuntamiento no es sino un episodio más de la sinrazón que acompaña a esta situación por la que el maestro Lombard, cobrando como director musical de la ROSS, sólo responde ante las instituciones mencionadas y no ante el gerente de la orquesta que, a su vez, ha sido nombrado por las mismas. Desde algunos sectores se demoniza la actuación del gerente, cuando, en nuestra opinión, quien ha provocado la actual circunstancia ha sido el maestro Lombard y no el señor Rufino que, como es lógico, vela por los intereses de la orquesta.

Suponemos que la orquesta está sondeando el mercado musical para buscar un nuevo director musical, desde aquí deseamos expresar nuestra opinión sobre ese director:

La calidad de la ROSS necesita a un director consolidado que la ayude a crecer en lo artístico, mejorando todas las secciones en particular y el conjunto en general. No parece adecuado encargar este nuevo proyecto a un maestro poco conocido que se sirva de la ROSS para su ascenso profesional. Debe tener una trayectoria brillante, con éxitos a sus espaldas y conocimiento amplio del clasicismo. Debe comprometerse más con la orquesta en cuanto a su presencia al frente de la misma o al cargo de la formación de un sonido propio, aumentando el número de ensayos bajo su dirección.