El BNG da al PSOE la Diputación coruñesa al ceder el alcalde de Vigo

En el último momento y tras un desenlace rocambolesco, el PSdeG-PSOE y el BNG evitaron ayer que la Diputación de A Coruña, la principal conquista de la oposición gallega en las pasadas elecciones municipales, continuase en manos del PP. Los nacionalistas accedieron a unir sus votos a los del PSOE y formar un gobierno de coalición presidido por el socialista Salvador Fernández Moreda en la única provincia gallega donde no dominan los populares. Minutos antes el alcalde de Vigo, Ventura Pérez Mariño, independiente en las listas del PSOE, aceptaba someterse a una moción de confianza, como le exigían los nacionalistas.

Intrigas, sobresaltos y giros imprevistos tuvieron en vilo ayer a las direcciones de los partidos gallegos en las horas previas a constituirse la nueva Diputación de A Coruña, que aún no había formado gobierno por el retraso que provocó la repetición de las elecciones en una mesa del municipio de Fisterra. Lo que ocurriese en A Coruña marcaría el futuro de la maltrecha alianza entre PSOE y BNG, que en mayo había logrado arrebatar al PP la mayoría absoluta en la institución provincial. Los nacionalistas amenazaban con hacer pagar al PSOE en A Coruña la actitud del alcalde de Vigo. Pérez Mariño expulsó del gobierno local al BNG, cuyos votos habían sido decisivos para su investidura.

Durante todo el lunes y hasta minutos antes de mediodía de ayer, cuando vencía el plazo dado por los nacionalistas para que Pérez Mariño aceptase la moción de confianza y estaba convocada la constitución de la Diputación, estuvieron negociando al máximo nivel el PSdeG y el BNG.

Nada hacía prever el desenlace final, ya que las conversaciones concluyeron sin acuerdo. El líder del PSOE gallego, Emilio Pérez Touriño, se negaba a aceptar la exigencia de los nacionalistas, que vinculaban el acuerdo en A Coruña a que el alcalde de Vigo se sometiese a una moción de confianza. "No intercambiaremos cromos", anunció Pérez Touriño.

Sin acuerdo

Poco antes de mediodía, el nuevo líder del BNG, Anxo Quintana, llamó a sus representantes en ese organismo para comunicarles que no había acuerdo. Los nacionalistas seguirían adelante con el plan previsto para ese caso, votar a su propio candidato, lo que facilitaría la reelección del hasta ayer presidente, el popular José Luis Torres Colomer. Pero el guión aún se reservaba un guiño final.

En Vigo, Pérez Mariño convocó por sorpresa a los periodistas, a la misma hora que debía empezar la sesión en A Coruña, y les anunció que se sometería a la moción de confianza que la dirección de su partido había rechazado en las negociaciones con el BNG.

El alcalde, además, aseguró que convocará al pleno de inmediato, probablemente esta misma semana, en lugar de esperar diez días como le reclamaba el BNG. Fuentes de la dirección nacionalista interpretaron la urgencia de Pérez Mariño como un signo de su escasa voluntad negociadora y anunciaron que, de no mediar otro tipo de acuerdo, votarán en contra de la moción de confianza. En ese caso, el alcalde la perdería y, según prometió ayer, abandonaría el cargo y el PSOE pasaría a la oposición, lo que facilitaría el gobierno al PP, la lista más votada.

El anuncio de Pérez Mariño retrasó en 20 minutos el inicio del pleno en A Coruña. Cuando el BNG anunció que apoyaría al socialista Salvador Fernández Moreda, el público prorrumpió en suspiros de alivio y en aplausos. Poco después, el líder del PSdeG y el secretario de organización del PSOE, José Blanco, agradecían a Pérez Mariño su "generosidad".