"El románico es nuestra primera infancia", afirma el dibujante Peridis
Presentada en Sevilla una enciclopedia del estilo arquitectónico
"El románico es nuestra primera infancia", afirmó ayer el dibujante José María Pérez, Peridis. El autor de la célebre tira cómica publicada por EL PAÍS presentó en Sevilla la Enciclopedia del Románico en Castilla y León, que han editado la Fundación Santa María la Real-Centro de Estudios del Románico y Caja Duero. Peridis recordó su esfuerzo de años para resaltar el valor del románico.
Peridis y el historiador Miguel Ángel García Guinea son los directores de esta publicación. José Manuel Rodríguez Montañés ha sido el encargado de coordinar la obra. La enciclopedia cuenta con 14 tomos, 8.300 páginas, más de 12.000 fotografías, 4.700 planos y 1.880 monografías sobre todos los edificios y restos pictóricos y escultóricos que se conservan del estilo arquitectónico. Castilla y León es la región europea que atesora un mayor número de restos románicos.
El proyecto se inició en 1988. Durante este tiempo han trabajado unas 300 personas en su elaboración, entre arquitectos, historiadores, fotógrafos y estudiantes. Caja Duero ha destinado a la enciclopedia más de 900.000 euros. La obra dedica cuatro tomos a la provincia de Burgos; tres a Soria; dos a Palencia, y uno al resto de provincias castellano-leonesas, con excepción de Segovia. En un futuro próximo se espera completar la enciclopedia con los tomos correspondientes a esa provincia.
Nacido en la localidad cántabra de Cabezón de Liébana, Peridis se trasladó con su familia cuando tenía tres años a Aguilar de Campoo (Palencia). Su "historia de amor" con el románico se remonta a la infancia. Era "un chaval que jugaba junto a las ruinas" del Monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo. "Fui feliz en la posguerra. Tenía un juguete. Al lado de mi casa había un monasterio en ruinas, que, para mayor satisfacción, tenía un cartel en el que ponía 'prohibido el paso", relató Peridis. "Lo prohibido siempre es más satisfactorio que lo que tienes al alcance de la mano", agregó. El guarda que custodiaba las ruinas del monasterio era aficionado a empinar el codo. Su ausencia del trabajo dejaba el campo libre a los críos del pueblo, que oficiaban de cicerones con los turistas. Peridis aprendió mucho al tiempo que sacaba unas perras por sus servicios.
Luego, emigró a Madrid. Cuando terminó la carrera de Arquitectura, decidió restaurar el monasterio y llevó a la práctica su deseo. "Sentí la responsabilidad de recuperar el monasterio porque aquellas ruinas eran las de Castilla y eran lo que éramos", dijo. En los últimos 25 años Peridis ha participado en numerosos proyectos de restauración y difusión del románico.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.