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Cantautores en 'Rolling Stone'

Tres cantautores, Ismael Serrano, Quique González y Javier Álvarez, aceptaron el desafío que les propuso la revista Rolling Stone de bajar a cantar a los pasillos y a los vagones del metro de Madrid como cualquier músico callejero con ganas de cosechar oyentes. Para unos (Javier y Quique) se trataba de un viaje a su pasado: así empezaron. Para el otro, Ismael, de una experiencia nueva. De este modo, artistas de renombre y con una trayectoria intachable se lanzaban de la mano de Rolling a "seguir los pasos" a artistas completamente desconocidos. La experiencia, que la revista detalla en el número que se pone mañana a la venta, fue desigual pero "muy intensa" en todos los casos. Serrano, que acaba de publicar Principio de incertidumbre, se recostó en un pasillo de la estación de Ciudad Universitaria con la funda de su guitarra abierta a sus pies. Allí estuvo cerca de una hora. "Nunca pensé que fuera tan duro cantar en el metro", comentó feliz al final de su experiencia. Enseguida fue reconocido y el éxito de Serrano fue clamoroso. Quique González, que acaba de presentar Kamikazes enamorados, se situó en un pasillo solitario de la estación de Bilbao: "Es la falta de amor lo que llena los bares... y el metro". Tras más de una hora, apenas logró juntar un euro de recaudación. Javier Álvarez, con Tiempodespacio en la estantería, fue más osado (ya lo hizo hace años) y se adentró en un vagón desde la estación de Alonso Martínez. El trago fue tremendo: el volumen de su voz poco pudo hacer con el ruido y... la vergüenza. "Es imposible concentrarse". Queda demostrado: el metro es una buena escuela.-

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