3.600 muertos que no valieron la pena
Más de 3.600 muertos en 30 años de conflicto. Vidas destrozadas, años de prisión, una sociedad enormemente polarizada... ¿Mereció realmente la pena? Ésta es la pregunta que pretende responder Rogelio Alonso en Matar por Irlanda. El IRA y la lucha armada (Alianza), que ayer se presentó en Madrid.
Alonso (Calatayud, 1970), investigador en el área de Ciencia Política de la Universidad Rey Juan Carlos y profesor en la Universidad del Ulster, es tajante respecto a la utilidad de la violencia: "Ha sido un fracaso. Hay un abismo entre aquello a lo que aspiraban y lo que han conseguido".
Lo sorprendente es que a esta misma conclusión han llegado muchos militantes del IRA (Ejército Republicano Irlandés). Matar por Irlanda recoge los testimonios de varios de los 70 activistas entrevistados por Alonso, algunos todavía ligados al grupo terrorista.
"Pasé por un periodo muy intenso de autoanálisis desde 1995. Implicó rabia, amargura, resentimiento, todo tipo de emociones que te puedes imaginar, porque tuve que examinar mi implicación personal [en el IRA] así como cosas en las que había tomado parte y cosas que había hecho (...). Me han preguntado muchas veces si mereció la pena (...): cuando sumas el sufrimiento, las muertes, los asesinatos, no".
Alonso también analiza la juventud de muchos de los que se unieron al IRA, que reconocen que eran influenciables, susceptibles de adoctrinamiento. "Recuerdo cuando me arrestaron en 1974 (...). Un miembro del RUC [policía norirlandesa] me dijo: 'Por qué eres republicano?' Yo le dije: 'Para unir a Irlanda' (...). Me dijo: 'Chaval, ¿por qué quieres unir Irlanda?'. Simplemente paré de hablar y me di cuenta de que (...) no sabía por qué quería una Irlanda unida".
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