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FÚTBOL | Liga de Campeones

El Celta, contra sí mismo

El conjunto vigués, que recibe al Brujas, busca en Europa una escapatoria a su pésima marcha española y a sus líos internos

Xosé Hermida

Como la Real Sociedad, también el Celta ha caído víctima de la esquizofrenia. Se defiende en la Liga de Campeones, pero el campeonato nacional se ha convertido en una pesadilla para el conjunto vigués, que ofrece los peores síntomas: está al borde de los puestos de descenso, se consume en líos internos y la hinchada, que hace medio año festejaba la clasificación para la Champions como si de un título se tratase, empieza a caer en la desmoralización. Si el torneo europeo era hasta hace nada un desafío para el Celta, ahora se asemeja más a su tabla de salvación. Con todos los inconvenientes que eso supone, porque, si hoy no vence al Brujas en Balaídos, las heridas chorrearán.

"La situación es muy mala", confiesa Jesuli sin remilgos; "nadie podía esperarlo al principio de temporada". Las señales de alarma se multiplican por todas partes. En el vestuario, la última ha sido la indisciplina de Mostovoi, cada vez menos determinante en el equipo, que enojó a sus compañeros y al club tomándose por su cuenta unos días de vacaciones después de jugar con la selección rusa. De vuelta en Vigo, Mostovoi amenazó ante las cámaras de televisión a un periodista que se había limitado a contar el descontento de la plantilla.

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En el campo, los malos resultados han conducido al Celta a una crisis de identidad. En la campaña anterior se asimiló la regresión en el juego del equipo como el peaje inevitable para conquistar los objetivos inalcanzables hasta entonces, la Liga de Campeones en primer lugar. Ahora, el Celta ni juega bien ni resiste su estructura. La defensa se agrieta y el portero, Cavallero, encadena cantadas, incluso cuando juega con Argentina. Y sus compañeros tampoco atisban el marco contrario. "El curso pasado, teníamos media ocasión y hacíamos dos goles", se lamenta Berizzo con añoranza. Algunas propuestas que se escuchan en la plantilla suenan a desesperación. "Si hace falta, jugaremos al pelotazo", dice Juanfran.

La única buena noticia es que hasta ahora el Celta ha reservado la mejor versión de sí mismo para la Champions. Sólo perdió un partido, contra el Ajax, en Amsterdam, y fue por puro infortunio. En un grupo muy complicado, mantiene el tipo y, si derrota esta noche al débil Brujas, acudirá a Milán, en la última jornada, con posibilidades de meterse en los octavos de final. Claro que también está jugando al borde del abismo. Una derrota ante los belgas -que están aún peor que su rival, pero que ya ganaron en San Siro-, combinada con una victoria del Milan en el Ámsterdam Arena, le dejaría fuera. En el mejor de los casos, si no gana esta noche, el Celta quedaría "en manos del azar", como expone Gustavo López. "Estamos preocupados, pero hay que confiar en la materia prima del equipo", añade el argentino, que podría ocupar la banda izquierda, su lugar natural.

A todo esto, el técnico, Miguel Ángel Lotina, ha indultado a Mostovoi. Pese a sus excentricidades y sus 35 años, el zar es depositario de buena parte de las esperanzas que aún le quedan al Celta.

Celta: Pinto; Ángel, Cáceres, Sergio, Sylvinho; José Ignacio, Luccin; Jesuli, Mostovoi, Gustavo López; y Milosevic.

Brujas: Verlinden; De Cock, Maertens, Simons, Rozenhal; Clement, Gvodzdenovic, Lange, Smolders; Verheyen y Saetems.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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