Macias sustituye al 'conseller en cap' en la negociación con Esquerra

El candidato de Convergència i Unió (CiU) a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, no participará en las negociaciones con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) para la constitución de una mayoría nacionalista de gobierno en Cataluña. La federación decidió ayer sustituir a Mas por el secretario general adjunto de la federación, Pere Macias, quien, con el democristiano Josep Antoni Duran Lleida, se encargará de iniciar hoy las conversaciones con los republicanos.

La primera ejecutiva de CiU, celebrada a la mañana siguiente de las elecciones del 16-N, aprobó delegar en Mas y Duran los contactos con Esquerra Republicana, que en principio debían iniciarse ayer. Pero al comprobar que ninguno de los partidos -PSC, Esquerra e Iniciativa per Catalunya- enviaba a sus cabezas de lista a las negociaciones, CiU optó ayer por sustituir al conseller en cap. Mas sólo participará si lo hacen sus homólogos.

Los nacionalistas vieron frustrado ayer su deseo de ser los primeros en negociar con Esquerra Republicana. Todos los dirigentes de CiU se fueron la pasada semana de vacaciones sin haber concretado la cita con los republicanos y ayer ya fue demasiado tarde para cuadrar las agendas de ambos partidos.

El primer contacto se celebrará a mediodía de hoy y participarán en él Josep Antoni Duran Lleida y Pere Macias por parte de CiU, y Ernest Benach y Joan Puigcercós por ERC.

Aval de las ejecutivas

Los dirigentes de Unió y de Convergència se presentarán a la reunión con el apoyo de sus respectivas ejecutivas, que ayer avalaron por unanimidad el intento de negociar un Gobierno de coalición con los independentistas de Carod-Rovira. Ningún miembro de las ejecutivas planteó otras vías de negociación, por ejemplo con los socialistas.

Para no crear grandes expectativa a los cuadros de CiU, Artur Mas advirtió que las conversaciones con Esquerra serán largas y complicadas, y que CiU las afrontará con "humildad" y basándose en acuerdos programáticos. El conseller en cap recordó que la suma parlamentaria de Convergència i Unió y de Esquerra Republicana (69 diputados) facilitaría la redacción de un nuevo Estatuto de Autonomía con mayores tintes nacionalistas.

Por su parte, el presidente saliente, Jordi Pujol, se congratuló de los resultados obtenidos, que constituyen la séptima victoria consecutiva de CiU, y subrayó los elogios que la federación ha recibido de la prensa internacional estos días.

Ni en la ejecutiva de Unió ni en la de Convergència hubo autocrítica, a pesar de que la formación perdió 10 diputados y más de 160.000 votos. Tan sólo se constató, en la de los democristianos, la enorme pérdida de apoyo electoral en la provincia de Girona, donde CiU perdió dos diputados (pasó de nueve a siete) y obtuvo casi 20.000 votos menos que en los comicios de 1999.