Mourning, enfermo del riñón, deja el baloncesto
Una enfermedad renal que le persigue desde 2000 ha derrotado finalmente el espíritu combativo y campeón de Alonzo Mourning, uno de los pívots que han marcado época en la Liga profesional norteamericana (NBA) de baloncesto durante las últimas doce temporadas.
Rod Thorn, el presidente de los Nets de Nueva Jersey, su club, anunció ayer, con gran tristeza para sus ambiciones, la noticia que más temía desde que fichó a Mourning para contentar los requerimientos de su estrella, el base Jason Kidd, de construir un equipo capaz de ganar el anillo de campeón.
Mourning, de 33 años, ha dejado huella en todos los conjuntos por los que ha pasado tanto en su época universitaria como en la profesional: tres temporadas en el Charlotte Hornets y las siete últimas en el Miami Heat. Ha sido siete veces miembro del cuadro de las estrellas de la NBA y ayudó a la selección estadounidense a ganar el oro olímpico en los Juegos de Sidney 2000. Fue precisamente entonces cuando se le diagnosticó el mal que finalmente le ha retirado.
Desde ese fatídico momento, cuando Mourning aún promediaba más de 20 puntos y 10 rebotes, su historia de amor con el baloncesto se ha vuelto una pesadilla de hospitales, tratamientos, chequeos, diálisis, retiradas y anuncios de momentáneos retornos. Ahora necesita un trasplante.
Mourning pensó el pasado verano que todo había cambiado. Los médicos que le visitaban mensualmente en Nueva York le dieron esperanzas. La felicidad parecía posible. Así que firmó un contrato de 22 millones de dólares por cuatro años con los Nets. Pero apenas han sido cuatro meses y doce partidos con ocho puntos y dos rebotes de media.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.