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VISTO / OÍDO
Columna
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Envejecimiento

Utilizan (ellos) la palabra "envejecimiento" (colectivo, de la población, etcétera) como una amenaza más desde el miedo oficial y un estímulo al egoísmo. Conviene sustituir términos. El envejecimiento es más la prolongación de la vida humana: desde que se sabe mortal, el ser lucha por prolongar la vida, incluso por la vía bestial de robársela a otros. Si se me permite: no hay muerte, sino final de la vida. Quiero decir que el concepto "muerte" está envenenado por el esoterismo, la poesía lúgubre, las supersticiones de toda índole, el pánico estúpido ante la "célula madre", la creación de personajotes de toda índole, desde "bellas damas sin piedad" (Keats) hasta los esqueletos como xilófonos; y los réquiem y los tangos. Belleza aparte -cuando la hay-, no hay relación con lo que pasa. Los actuarios, o los demógrafos independientes, cifran el alza de la sanidad por el envejecimiento en sólo un 0,7% durante los próximos cuarenta años en España, país excelente en esta materia: en el que más crece la vida, y en el que hay menos partos. Tampoco quieren (ellos) la disminución de los nacimientos. Crean una sociedad en la que el arranque en la vida, aún en la edad de engendrar, es cada vez más duro, y al mismo tiempo instan a que ciudadanas y ciudadanos se sacrifiquen en esos partos que no necesitan, pero cuya idea de necesidad se les imbuye: desde cuando hacían falta niños para las guerras (infantería: infantes) y para la mano de obra barata (prole, proletarios). No engendrar es un acto reflexivo, pero también instintivo en sociedades brutas: cuando la nutrición es más difícil en los territorios de especies sociales, cesa su natalidad y aumenta la homosexualidad porque el sexo sigue teniendo el impulso natural cuando la necesidad social lo expulsa (Roditi).

Parece que la elección de una edad óptima para producir en beneficio de las clases dominantes está elegida por ellas por medio del retraso de la edad de empezar (desde las exigencias de títulos de todas clases hasta la desaparición del aprendizaje práctico) y por la fijación de la edad de terminar: esta clase de edad está en función de la robótica creciente. Y resuelve el problema del despido libre sin indemnización: simplemente, por el no ingreso o por el cese. La idea de que la prolongación de la vida se una a la prolongación de la capacidad y la utilidad no funciona. No conviene.

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