La Guardia Civil comprará dos aviones para localizar pateras
Los CN-235 permitirán vigilar las costas allí donde no llega el SIVE
La Guardia Civil ha iniciado los trámites para comprar, por primera vez en su historia, dos aviones para reforzar sus misiones de patrulla marítima y suplir las carencias del Servicio Integral de Vigilancia Electrónica (SIVE). El instituto armado ha consignado en los presupuestos de 2004 una partida de un millón de euros para iniciar la adquisición de dos aparatos CN-235, con un precio por unidad que se situará entre los 24 y los 28 millones de euros, según fuentes del cuerpo. Los aviones estarán preparados para el vuelo todo-tiempo y mejorarán las capacidades de localización de pateras con inmigrantes (tanto para su interceptación como para el salvamento en caso de deriva o naufragio) y planeadoras cargadas de droga.
La Guardia Civil dispone en la actualidad de 36 helicópteros, varios de ellos equipados especialmente para patrulla marítima con radar para detección de objetivos en superficie y receptor GPS, sensor óptico giroestabilizado con cámara infrarrojos y equipo de transmisión de imágenes (vía radio) en tiempo real. Pero estos aparatos tienen un problema: son muy sensibles a las condiciones atmosféricas, especialmente a la lluvia y la niebla, tienen una reducida autonomía y la hora de vuelo es "muy cara", según fuentes de la Guardia Civil.
Esos aparatos apoyan las capacidades del Servicio Marítimo, que dispone de 79 embarcaciones, de las que 37 son patrulleras (entre el 20% y el 30% están habitualmente estropeadas o en revisión). Como quedó demostrado en el naufragio de Rota (Cádiz), en el que el pasado 25 de octubre fallecieron 37 inmigrantes, en condiciones de mar brava no pueden salir de puerto y, si pudieran, se verían en serias dificultades de maniobra, especialmente en los intentos de abarloamiento a una patera para el rescate de inmigrantes. Las patrulleras son especialmente efectivas allí donde el SIVE controla electrónicamente las aguas territoriales.
Patrulla marítima
Pero los patrones de pateras y de las lanchas rápidas que trasiegan hachís entre Marruecos y España le han buscado las vueltas al SIVE, de forma que ahora alargan los viajes, bien hacia la bahía de Cádiz bien hacia las costas de Málaga, Granada, Almería e incluso Murcia. Y si los helicópteros tienen poca autonomía y los barcos no permiten controlar todo el litoral (a pesar de que se van a comprar otras 21 lanchas), la opción son los aviones para poder cubrir los 8.500 kilómetros de costa española.
La compra de los CN-235 estaba prevista para este año, con fondos del SIVE y de la Secretaría de Estado de Seguridad y con los remanentes de los presupuestos de 2004. Ya se ha destinado un millón de euros para asegurar la compra, aunque los aviones, sobre todo por la necesidad de dotarlos de altas capacidades tecnológicas, acabarán costando entre 24 y 28 millones de euros cada uno.
El CN-235 es un avión dotado con dos turbohélices fabricado por EADS-CASA, de los que recientemente ha comprado otras dos unidades el Departamento de Defensa norteamericano, dentro del programa Deepwater de patrulla marítima. Su autonomía puede llegar a los 4.700 kilómetros, dependiendo de la carga. La opción que posiblemente se acabe comprando será la CN-235MP Persuader, un patrullero marítimo económico con radar de descubierta y otros sensores, así como soportes para armas navales. La velocidad de crucero es de 422 kilómetros por hora. Los aparatos serán dotados con sofisticados sistemas de detección y vigilancia, posiblemente como los que llevan los vendidos a EE UU: radar con cobertura 360º, cámaras térmicas, sistemas optrónicos... El Servicio de Vigilancia Aduanera ya dispone de dos aviones para persecución del contrabando.
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