El PSOE busca captar el voto de los abstencionistas de izquierda
Los dirigentes preparan propuestas que generen "seguridad y cambio"
¿En qué sectores sociales debe el PSOE incidir para recibir los votos necesarios para ganar las elecciones de 2004? La respuesta no es unívoca ni fácil pero los dirigentes de este partido han constatado que los votantes habituales del PSOE hasta 1996 se han instalado en la abstención, singularmente las clases medias "progresistas" y de izquierdas. Para atraer a ese sector y a los nuevos votantes, los socialistas trabajan en un proyecto que inspire "seguridad y cambio".
La reunión del Comité Federal del PSOE del pasado viernes abrió un "antes y un después", o al menos eso es lo que esperan buena parte de los dirigentes que salieron de ese debate con el ánimo muy alto tras la "enérgica" intervención del secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero. Éste intentó insuflar bríos a sus compañeros para que convenzan a los ciudadanos de las bondades del proyecto de Gobierno del PSOE.
¿Y a quién hay que dirigirse?La mayoría de los dirigentes del PSOE consultados estiman que su "caladero" de votos está en el grupo que suele ser definido como "progresista". El debate está abierto, pero en el PSOE se mira a las bolsas de abstencionistas que se sitúan en un electorado potencialmente de izquierda o progresista. Los miembros de la dirección federal socialista consultados reconocen que para atraer el voto de esos abstencionistas, el PSOE debe inspirar "seguridad" e impulso de "cambio".
El pasado lunes, antes de que se reuniera el comité de estrategia del PSOE para abordar las medidas más convenientes a la vista de los resultados electorales en Cataluña, hubo una reunión de los miembros de la Ejecutiva Federal con cartera -quienes tienen un área de responsabilidad- y ahí quedó de manifiesto la necesidad de elaborar para las elecciones generales de marzo de 2004 un programa con un claro contenido social. Se mencionó la conveniencia de diferenciar mensajes y políticas entre "derecha e izquierda". Siempre con la precisión de que la izquierda o el sector progresista se nutre de clases medias.
El programa electoral, que coordina Jesús Caldera, tendrá muy en cuenta a esos sectores que "son la inmensa mayoría", aunque en las federaciones se mirará con lupa cada propuesta. La profusión de enmiendas está asegurada, como ocurre habitualmente en ese partido, cuando el borrador se someta al escrutinio de las federaciones socialistas. La responsable federal de políticas sociales, Consuelo Rumí, trabaja en la propuesta estelar de Rodríguez Zapatero, el sistema nacional de atención a todas las personas con alguna dependencia, y sus colaboradores aseguran que, precisamente, los destinatarios son "la inmensa mayoría de los ciudadanos". Caldera quiere seguir trabajando en esa materia, por lo que no ha dado por concluida esa parte del programa.
Quizá por eso, el viernes pasado Zapatero aseguró que su partido quiere construir "la España social". Algunas de las intervenciones de otros miembros del Comité Federal incidieron en ese camino. El portavoz sobre Presupuestos en el Congreso, Francisco Fernández Marugán, señaló que el PSOE debe ofrecer "bienestar material" a los ciudadanos, por lo que, estando de acuerdo en "buscar votos donde se pueda", el programa debe huir de ofertas "liberales". El diputado vasco Txiki Benegas resaltó que en las últimas elecciones la derecha ha movilizado a su electorado en mucha mayor medida que el PSOE, a la vista de los núcleos donde hay más abstención y más participación.
Benegas llamó la atención sobre la necesidad de que su partido refuerce la línea de "proyecto autónomo" y que por sí mismo despierte adhesiones para evitar que los ciudadanos voten, por ejemplo, a ICV en Cataluña o a IU en Madrid, en el entendido de que luego ya se unirán para gobernar. Zapatero consideró pertinente ésta última consideración y aseguró que su objetivo es conseguir para el PSOE "una amplia mayoría".
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