"Las empresas quieren demostrar que lo hacen bien"
Bureau Veritas se creó en 1828 como oficina de seguros marítimos y hoy vende servicios de certificación, gestión de calidad, medio ambiente y formación, entre otros, en más de 100 países. La consultora tiene tres filiales en España, al frente de las cuales está Francisco Olmedo. La obsesión por diversificarse le ha llevado a entrar en el campo de la responsabilidad social corporativa.
Pregunta. ¿Qué filial es la más rentable?
Respuesta. Las tres van bastante bien. Bureau Veritas Sociedad Anónima Francesa, que desarrolla las actividades navales, tiene una cifra de negocio cercana a los nueve millones de euros, aunque es una actividad que no crece. Luego está Bureau Veritas Quality Internacional, especializada en certificación de sistemas de calidad, que este año alcanzará los 10,3 millones de euros y tiene una cuota de mercado en torno al 20%. Y Bureau Veritas Español, que agrupa el resto de actividades y factura 18 millones.
"La preocupación por mejorar la calidad y los procesos internos se está trasladando a las pequeñas empresas"
P. ¿Siempre ha existido esa voluntad de diversificarse?
R. Siempre hemos tenido esta estructura, si bien el ritmo de crecimiento de los últimos tres años no es normal. A finales de 1999 estábamos en 23 millones de euros y este año el objetivo es alcanzar los 87 millones de euros. Esto supone crecer más o menos un 12% en facturación y un 41% en resultado con respecto a 2002.
P. ¿Qué tiene que ver la consultoría de responsabilidad social y la certificación?
R. Era una demanda de nuestros clientes y un desarrollo lógico para nosotros. El núcleo de nuestro negocio está relacionado con la evaluación de la conformidad: damos una opinión sobre algo que se ejecuta de acuerdo a una referencia, por ejemplo, un reglamento internacional. Le decimos a nuestros clientes si lo hacen bien y les ayudamos a mejorar.
P. ¿Cómo explica su crecimiento dado el descenso del mercado de consultoría?
R. Nuestro negocio no está ligado a la consultoría tradicional, sino a la voluntad de los empresarios de mejorar sus productos, procesos y sistemas. En España los empresarios tienen la voluntad de demostrar que hacen las cosas bien.
P. ¿Qué diría que les preocupa más?
R. Desde hace unos años existe una preocupación real por mejorar la calidad y los procesos internos. Además, cada vez cala más la sostenibilidad, la idea de combinar crecimiento económico con la preocupación por su entorno.
P. ¿Están invirtiendo más en estos servicios?
R. Inicialmente era una preocupación más de grandes corporaciones, ahora se está trasladando a empresas más pequeñas. En España hay más de dos millones de empresas y no me atrevo a decir cuántas están preocupadas, pero desde luego sí las que son líderes o quieren llegar a serlo. No es marketing.
P. ¿Cuántas memorias de sostenibilidad han evaluado?
R. La de Renfe, por ejemplo. Es una nueva necesidad. Es nuestro gran proyecto para el futuro, pero no es el grueso de nuestra actividad.
P. ¿En este campo pueden competir con las grandes consultoras y auditoras?
R. Lo hacemos. Nuestro campo de actuación es ayudar a poner en marcha y traducir en objetivos y planes concretos y medibles las grandes decisiones. Somos complementarios.
P. ¿Qué otros planes contemplan en el grupo para el futuro?
R. Los tres próximos años queremos consolidar el crecimiento con los productos actuales y entrar en los relacionados con la responsabilidad social corporativa, evaluación de riesgos, etcétera.
P. ¿Por qué cree que Aenor es más conocida?
R. Es la asociación española de normalización y tiene el encargo por parte de las autoridades de trasponer las normas internacionales y una larga tradición. Ser la única entidad que puede hacer eso le da un carácter que no podemos tener sus competidores.
P. ¿Es una competencia justa?
R. Son dos actividades distintas que desarrolla una misma organización: normalización y certificación. La certificación depende de una entidad jurídica separada del resto y provee servicios en un mercado libre donde además hay 30 o 40 competidores. No es competencia desleal.
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