Sensatez y humanidad
Tras las bombas a las sinagogas de Estambul, el asesinato de 20 personas y más de 200 heridos, cometido por Al Qaeda contra la comunidad judía y la población turca, EL PAÍS titulaba "Odio antisemita" el editorial del domingo 16 de noviembre. Entre otras cosas se habla del "odio antisemita que una cierta buena conciencia quisiera dar por cancelado".
La Liga Árabe condena los hechos, pero por lo visto dicen que el principal culpable de los mismos es "la política israelí" y no el integrismo turco aliado a Al Qaeda. Curioso análisis, bastante difundido. Uno se pregunta dónde están la humanidad, la ética, el sentido crítico. No precisamente en cartas como la del señor Miñana tras dicho editorial, el 19 de noviembre, y que titula "¿Antijudaísmo?". La lectura de ésta ilustra perfectamente lo de esa parte de la "aparentemente" buena conciencia de un sector que quisiera dar por cancelado el viejo
odio antisemita, o mejor judeofóbico, del que los atentados de Estambul, las repetidas agresiones en Francia a personas y/o símbolos judíos, recientes declaraciones de algunos diputados o militares alemanes o del primer ministro de Malasia en la última Cumbre Islámica, son una muestra de su lamentabe e inapelable permanencia (más allá de que por suerte no sean mayoritarias).
Por lo que el citado lector expresa en su triste carta, los muertos y heridos turcos no tienen derecho a queja (¿pensará lo mismo de los familiares que hace años cada mes piden justicia por los atentados contra la AMIA y la Embajada de Israel en Buenos Aires?). Al no ser como él, activos defensores del pueblo palestino, de los que como él "nos movilizamos", lo dice claramente, no pueden quejarse, si "previamente le dan una patada al avispero". Por ello, a no quejarse si los coches bomba o los hombres bomba les "pican".
Ojalá que iniciativas como las que se están poniendo en marcha desde Ginebra, con esfuerzos por la paz por ambos lados, sirvan para terminar de una vez con la vergonzosa ocupación israelí de los territorios y la terrible sangría y odio que genera en los dos pueblos.
Mientras se demore esta solución espero que los tantos opinantes que genera este drama tratemos de hacerlo desde la sensatez y el concepto de humanidad.
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