¿Qué hacer con el albino?

Sigue vivo y todavía puede experimentar alguna mejora temporal pero nadie quiere que la muerte de semejante emblema de la ciudad le coja desprevenido. Tampoco la comunidad científica, que ya ha comenzado un encendido debate sobre qué hay que hacer con el cadáver de Copito de Nieve cuando el gorila muera. El presidente del zoo, Jordi Portabella, siempre se ha mostrado partidario de la incineración del cadáver, el método que utiliza el zoo como norma general para deshacerse de los animales muertos.

No obstante, todos los animales que interesan al Museo de Zoología pasan habitualmente a formar parte de su colección. Y los científicos se inclinan más por esta segunda opción. Además, algunos de ellos recalcan la contradicción entre juzgar poco digno el uso científico del cuerpo de Copito y las campañas de sensibilización en pro de la donación de órganos destinados a trasplantes y cuerpos humanos para el estudio científico en general. Decir que se da un trato indigno a Copito por reclamar sus restos para la ciencia podría repercutir negativamente en el desarrollo de estas campañas, consideran dichas opiniones.

Jordi Sabater Pi, el etólogo que llevó el gorila a Barcelona en 1966, es quien realiza la propuesta más radical de conservación de los restos del gorila: disecarlos. El naturalista ha propuesto que el animal sea disecado por los especialistas del Museo de Historia Natural de Nueva York, que en opinión de Sabater "son los mejores del mundo".

Según el etólogo, el cadaver de Copito debería exhibirse en una sala especial del zoológico para que sus visitantes puedan seguir contemplando al único ejemplar de gorila albino que hay en el mundo.

Este estudioso de los primates está convencido de que las autoridades municipales "ya han decidido que lo van a incinerar y, si lo acaban haciendo así, se van a arrepentir".

"Está extendida la idea de que disecar criaturas es una porquería y una animalada. Pero hay expertos taxidermistas que hacen verdaderas maravillas, hacen que parezca que los cuerpos están todavía vivos", argumentó Sabater Pi.

El ex veterinario del zoológico barcelonés Jordi Montsalvatge se sumó a la idea de Sabater Pi y defendió que el cuerpo del animal sea dedicado a la investigación científica. "Es un animal que puede ser de gran interés para investigar diferentes enfermedades relacionadas con el albinismo, que también afecta a los humanos", recordó. Pero este veterinario, ahora jubilado, también considera que cada día que pasa el cuerpo de Copito pierde valor científico. "Sus ojos se están deteriorando con gran rapidez, como su piel y sus oídos".

Por esta razón, Montsalvatge no dudó en defender la aplicación de la eutanasia "cuando el sufrimiento del animal sea evidente y no haya razones para pensar en su mejora". Acerca de si este momento ya ha llegado, el veterinario prefirió no pronunciarse. "Son los responsables del zoo y los cuidadores del gorila los que deben decidirlo", pero afirmó: "Copito ya ha sufrido bastante".

El Museo de Zoología es una de las instituciones de la ciudad que han defendido que el gorila albino no debería ser incinerado. Los científicos del museo elaboraron en 2001 un protocolo que especifica que todos los primates, entre los gorilas, fallecidos en el zoo les deberían ser entregados para su estudio y conservación total o parcial (tejidos, piel o esqueleto).

Anna Omedes, directora del museo, afirmó ayer que los responsables del zoo conocen el protocolo y sobre esta base deberán decidir.