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Cien mil afiliados han dejado el SPD desde que gobierna Schröder

El canciller alemán se enfrenta a una fuerte caída en los sondeos

El canciller alemán y presidente del Partido Socialdemócrata (SPD), Gerhard Schröder, clausuró ayer el congreso del partido en Bochum con un breve discurso rutinario en el que apeló a sus correligionarios a apoyar el difícil camino emprendido por el Gobierno de Berlín con las reformas del Estado social. Schröder sólo aludió de pasada a las disputas en el congreso al afirmar: "Una sociedad abierta necesita partidos abiertos".

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Sin duda para el SPD empiezan tiempos nuevos y difíciles. De un partido con 140 años de historia, crecido en el reparto de la riqueza, el SPD ha pasado a administrar desde el Gobierno la escasez de los recursos con un Estado endeudado, una economía que a duras penas sale de la recesión y una Seguridad Social imposible de financiar sin dolorosos recortes que afectan sobre todo a la clientela tradicional del partido. Las consecuencias son la caída de la popularidad del SPD, que ahora cuenta con una intención de voto en torno al 25%, según los sondeos. A esto se añade la deserción masiva de afiliados: 30.000 en lo que va de año y 110.000 desde que Schröder llegó al poder en 1998, hasta los 670.000 actuales.

Para contentar a su gente, sobre todo en los sindicatos, Schröder advirtió en sus breves palabras finales de que no se tocará "la libre negociación de las condiciones de trabajo". La negociación colectiva entre empresarios y trabajadores se encuentra en tela de juicio en Alemania. La democracia cristiana (CDU-CSU), liberales (FDP) y buena parte del empresariado preconizan la libre negociación de contratos laborales en las empresas. También sostuvo Schröder que la tarea del futuro será lograr el equilibrio entre la libertad del individuo y la solidaridad social.

Schröder evitó referirse en su discurso de clausura a las votaciones en el congreso del partido, en el que sus dos más estrechos colaboradores recibieron un fuerte varapalo. La indignación de la cúpula dirigente del SPD y de Schröder con las votaciones de castigo del lunes tomó cuerpo y expresión en forma de declaraciones e intercambios de improperios y amenazas. Según Bild Zeitung, Schröder interpeló al presidente del SPD de Baja Sajonia, Wolfgang Jüttner, con la expresión: "Lo que habéis hecho fue una marranada". El periódico de Hannover Neue Presse fue más lejos, e informa de que Schröder amenazó a Jüttner con la frase: "Os voy a liquidar". El portavoz del Gobierno, Bela Anda, negó que ése sea el lenguaje del canciller. Jüttner no desmintió la información y se limitó a negarse a comentarla. Bajo cuerda se atribuye a los de Baja Sajonia haber intrigado contra el secretario general del SPD, Olaf Scholz, que fue reelegido para el cargo por los pelos, con sólo un 52% de votos. Baja Sajonia es el Estado de Schröder y también de Sigmar Gabriel, jefe del grupo parlamentario del SPD en Hannover, al que se atribuyen deseos de ocupar el puesto de Scholtz.

La oposición democristiana tomará nota del congreso del SPD y verá la oportunidad de asestar un golpe al canciller. La oposición puede endurecer el compromiso sobre los recortes sociales y complicar aún más al SPD la digestión del sapo de las reformas.

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Schröder arroja una manzana a uno de los delegados del SPD durante la última sesión del congreso del partido.
Schröder arroja una manzana a uno de los delegados del SPD durante la última sesión del congreso del partido.AP

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