_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El desayuno

Elvira Lindo

Normalmente uno se levanta temprano, se pone la radio, y entonces, ahí, delante del café y la tostada, con los ojos aún pegados de sueño, discute mentalmente con algún contertulio de la radio. A primera hora la radio se inunda de política, de elecciones y de ibarretxes y como te dejes llevar, puedes acabar hablando en voz alta y hasta gesticulando, como uno de esos borrachos madrugadores que discuten con fantasmas y farfullan maldiciones ininteligibles. Por eso, a veces, si uno puede, es reconfortante levantarse tarde, cuando ya todos los balances de la áspera realidad están formulados y cuando cada contertulio de cada ideología ha puesto ya el huevo y se ha marchado a poner otros huevos a las teles y a los periódicos. Entonces puede que uno tenga la oportunidad de escuchar noticias de esas que no cambian el mundo. Cosas como que ya está a la venta ese Let it be de los Beatles al que se le ha quitado lo accesorio para dejar la melodía casi desnuda. El café entonces sabe de otra manera. Sabe de otra manera cuando alguien como el periodista deportivo Santiago Segurola, que a veces habla de música y lo hace igual de bien, contaba este verano a cuento del último concierto de los Rolling en España, que para él la diferencia entre los Beatles y los Rolling es que, mientras los Stones tocaban siempre la misma cuerda, cada canción de los Beatles se había convertido en algo memorable. Recuerdo que incluso cuando ya los Beatles se habían separado había una rivalidad bastante estúpida entre los amantes de uno y otro grupo. Parecía que los Beatles correspondían a las almas convencionales y los Rolling a los espíritus rebeldes. Así que algunos mentíamos un poco, y asegurábamos que nos gustaban más los Rolling. Pero el tiempo ha hecho justicia. Realmente, hay algo anacrónico en ese Mick Jagger que canta las mismas treinta canciones desde hace treinta años, sacando la misma lengua y haciendo el mismo gesto con la mano. En cambio, esa canción que salía esta mañana de la radio, El largo y tortuoso camino, mil veces escuchada, mil veces cantada, parecía algo tan nuevo como el café humeante. Recordaba aquello que dijo Borges: "Trivial pero maravilloso". Diré que para mí, ni siquiera es trivial, es maravilloso.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Elvira Lindo
Es escritora y guionista. Trabajó en RNE toda la década de los 80. Ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por 'Los Trapos Sucios' y el Biblioteca Breve por 'Una palabra tuya'. Otras novelas suyas son: 'Lo que me queda por vivir' y 'A corazón abierto'. Su último libro es 'En la boca del lobo'. Colabora en EL PAÍS y la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_