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Reportaje:

Los maniquíes quieren ser universitarios

Un grupo de 12 modelos de Bellas Artes denuncian a la Universidad de Granada por contratarlos de modo irregular

Javier Arroyo

Los modelos de la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada están cansados. Y no por sus sesiones de posado, en las que, en tandas de diez minutos, se exhiben para que los alumnos aprendan a dibujar. Aseguran que están cansados de que la Universidad de Granada abuse de ellos, de trabajar sin contrato fijo pese a estar todo el día allí.

Un grup o de 12 modelos de esta facultad ha llevado a la institución a los tribunales por "cesión ilícita de trabajadores". Están empleados oficialmente por una empresa de trabajo temporal cuando, afirman, trabajan a tiempo completo para la Universidad.

Los modelos opinan que la empresa de servicios es una mera "intermediaria aparente" que evita que la Universidad de Granada los incluya en su nómina. Denuncian que pasan unas seis horas al día en las aulas de Dibujo de la facultad de Bellas Artes. Es lo que el abogado de los modelos denomina "tráfico ilegal de mano de obra".

Alguno de los 12 denunciantes lleva así desde 1997. Entre los demandantes hay seis chicos y seis chicas. Rondan los treinta años. Aseguran que comenzaron en la profesión por casualidad, por un amigo metido en el negocio o por un profesor. Aunque se preparan físicamente, afirman que no hay límite de edad para ejercer de maniquí ni unas condiciones físicas determinadas.

En el juicio, celebrado ayer en Granada, testificó un profesor y apoyó a los modelos. Su razonamiento fue que, efectivamente, todo el trabajo se desarrolla en la Universidad y que es dirigido por un profesor que que no da ninguna explicación a la empresa de trabajo temporal.

Tras la declaración del profesor y de dos de los 12 modelos, el juicio quedó visto para sentencia. En dos semanas se conocerá el fallo. Como es previsible que haya recurso, la sentencia final no llegará antes de un año.

Los modelos acudieron ayer a los Juzgados ayudados por un acta de la Inspección de Trabajo levantada hace un año tras un recorrido por la Facultad. En esa visita se determinó que, efectivamente, allí había una "cesión ilegal de trabajadores" porque, según explica el abogado de los demandantes, Miguel Medina, la empresa de servicios era una mera sociedad instrumental que no aportaba nada a los modelos para su trabajo, mientras que la Universidad granadina era quien aportaba todos los medios e infraestructuras que estos trabajadores necesitan para su labor diaria de posar y posar.

A las razones de la Inspección de Trabajo, los modelos suman otra denuncia, la de la Consejería de Empleo y Desarrollo Tecnológico. Este detalle es, para Medina, algo "sumamente destacable". "No es frecuente que una administración pública se muestre beligerante con otra", afirmó.

Joaquín Cifuentes Díez, abogado de la Universidad, manifestó su radical oposición a la demanda: "No existe empresa aparente que sea utilizada como instrumento para ofrecer trabajadores a la Universidad".

El letrado de la empresa de trabajo temporal, Eulen, coincide. Cifuentes aseguró que, en su opinión, la relación entre la empresa de servicios que contrata a los modelos y la Universidad es lícita, real y en ningún caso aparente.

Si el juez les da la razón en las próximas dos semanas, los modelos habrán dado el primer paso para convertirse en lo que quieren ser: modelos universitarios. Y, por fin, en su nómina aparecerá el dibujo que ellos ansían, el de la Universidad de Granada y no el de la empresa de trabajo temporal. Así, los maniquíes entrarán en la universidad.

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